Desde que en agosto de 2016 defendió a un colega cubano que fue despedido por haber difundido una charla del sindicato de periodistas cubano, el periodista uruguayo Fernando Ravsberg ha sido blanco de críticas reiteradas en diferentes medios oficiosos de Cuba. La ira que desató el posicionamiento del corresponsal en Cuba del español Publico.es culminó en una amenaza en su contra que fue difundida en la blogosfera cubana en las últimas semanas.
“¡Múdate de país o ‘habla fino’!, recuerda que a tu edad los dientes no vuelven a salir y los implantes de piezas dentales son carísimos…”, advirtió el pseudónimo Félix Edmundo Díaz en el blog de la periodista cubana Norelys Morales Aguilera, Isla Mía, y añadió: “¿De verdad tú crees que puedes vivir en Cuba despotricando contra mi pueblo?, ¿no crees que es hora de que te vayas pa’l coño de tu madre?”.
El artículo con la amenaza hacia Ravsberg fue publicado en otros blogs, como Cuba por Siempre y La Mala Palabra, aunque más tarde fue eliminado de estos sitios y hoy sólo se puede consultar por la función “vínculo en caché” de Google.
Si la polémica en torno al periodista uruguayo, que implicó a la presidencia de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) y a personalidades como Silvio Rodríguez, generó tal clamor, es porque en el fondo tiene que ver con el futuro de la prensa en Cuba.
Cuando publicó en su blog las declaraciones íntegras de una subdirectora del diario Granma en una sesión de la UPEC, el periodista cubano José Ramírez Pantoja no creyó que le iba a costar su trabajo en la radio Holguín, ni que sería expulsado del sindicato. Su intención, al difundir la discusión interna del sindicato de periodistas, era que “generara un debate” y, explicó a Ravsberg en una entrevista que éste le hizo para su blog, Cartas desde Cuba, “que el mundo conociera que en Cuba los periodistas somos capaces de sostener un debate serio y responsable al más alto nivel”.
En el Pleno Nacional de la UPEC, Karina Marrón, subdirectora de Granma, habló del éxodo de periodistas jóvenes de los medios cubanos, uno de los principales problemas del sector.
“Lo que tenemos que ver cuando los jóvenes se nos van de los medios es sencillamente que tenemos en los jóvenes la expresión de la sociedad que tenemos hoy (…) hay un problema profesional de fondo (…) tenemos muchos jóvenes en las aulas que cuando se gradúan salen tan desencantados que llegan a los medios, no sé ni con qué intención, porque a veces uno les da la oportunidad de hacer cosas, de transformar, de trabajar, y no les interesa, no les importa absolutamente nada. ¿Por qué? Porque es de esa misma generación de jóvenes desconectados a los cuales sencillamente no les llegamos en otras etapas de su vida y ahora no podemos pretender que no les interese la ropa, los tacones, los zapatos, cómo acceder a Internet, o tener 50 o 70 CUC (moneda libremente convertible, equivalente al dólar)”, declaró Marrón.
AUTORIZACIÓN NECESARIA. A todas luces, en un futuro no muy lejano Marrón asumirá las riendas del “órgano oficial del Comité Central del Partido”. Fue subdirectora en el periódico de la provincia de Holguín, la región donde nacieron Fidel y Raúl Castro y en la que hasta julio de 2009 fungiera como primer secretario del partido Miguel Díaz-Canel, el actual primer vicepresidente de los consejos de Estado y de Ministros y número uno de la línea sucesoria a la máxima dirección del país.
“Ninguno de los que estaban presidiendo el evento en la provincia se mostró en desacuerdo cuando me puse a grabar las intervenciones. Al ver que el noticiero de televisión hablaba sobre el pleno y que el sitio web de la UPEC ya había publicado también fragmentos de la intervención de Karina, deduje que era publicable”, explicó Ramírez Pantoja a Ravsberg.
Según relató Ramírez Pantoja le explicaron que lo despedían por publicar una intervención “crítica” de Marrón sin la “autorización necesaria (…) incumpliendo de esta forma con la política informativa para todos los medios de prensa, la cual establece que los trabajos (…) críticos deben ser aprobados previamente por el director del medio de prensa”.
Ravsberg fue por mucho tiempo el corresponsal residente de la cadena británica Bbc y llegó a tener relaciones con la Universidad de La Habana. Brinda cobertura a hechos que muy difícilmente hubieran encontrado cabida en las páginas de la prensa oficial cubana pero tampoco en la de sus adversarios radicados en Miami. Su blog fue uno de los más activos en la defensa de Ramírez Pantoja, y causó reiterados reclamos desde la presidencia de la UPEC para que fuera expulsado del país.
El uruguayo propuso que se desarrollara una discusión dentro del país sobre la realidad del periodismo cubano. Curiosamente, tal idea coincide en cierta medida con la línea de trabajo de una llamada “comisión permanente” cuyo objetivo es elaborar proyectos para una ley de prensa y crear un organismo que regule el funcionamiento del sector. Hasta ahora no ha rendido frutos.
LOS DESAFÍOS. En muchos aspectos, 2017 y 2018 deberán ser años de definiciones para la isla, que en febrero próximo asistirá a la entrega de la presidencia por parte de Raúl Castro. Aunque mantendrá el cargo de primer secretario del Comité Central del Partido Comunista (que le otorga la última palabra en cuanta decisión se tome), nadie pone en duda que se tratará del comienzo de una nueva época.
Cuba lleva más de una década preparándose para ese momento. Primero, con la salida del poder efectivo de Fidel Castro, en 2006; luego, con el sexto y séptimo congresos del Partido (que modificaron radicalmente la política económica y social del país), y el comienzo del proceso de normalización de relaciones con Estados Unidos, cuya piedra angular es la eliminación del bloqueo.
No obstante, “la prensa cubana no parece haberse enterado de ninguna de esas nuevas realidades, o al menos no lo han hecho quienes la dirigen”, lamenta un periodista con más de veinticinco años de ejercicio en medios oficiales. “Los periodistas cubanos vivimos en una situación muy particular y a la vez, difícil”, explica a Brecha la misma fuente. “En primer lugar, por los temas que podemos abordar y los que no, y en segundo, por las condiciones materiales en las que cumplimos nuestro trabajo. Es duro reconocerlo, pero hay problemáticas como la corrupción o la crisis de valores, que sólo podemos tratar de forma tangencial. En cuanto a la situación económica, el salario promedio de un reportero no alcanza para satisfacer las necesidades más básicas. Sin embargo, si colaboramos con publicaciones de otros países, o de la llamada prensa alternativa, la UPEC tiene la potestad de expulsarnos de sus filas, podemos quedarnos sin trabajo y el asunto puede llegar a considerarse hasta como un delito contra la seguridad del Estado.”
A finales de 2016, varios periodistas cubanos que colaboraban con medios “no estatales” fueron despedidos. Ante el silencio de la UPEC, esos profesionales fueron calificados de “mercenarios” y “mensajeros de la restauración del capitalismo”, en un editorial de Granma por Raúl Capote, un ex agente de la seguridad del Estado devenido en vocero oficioso de la línea más dura dentro del gobierno.
Debiendo cumplir con una política informativa que en gran parte se remonta a mediados de los años ochenta y sin un organismo que regule de forma unificada su labor, no sorprende que el periodismo sea uno de los sectores con mayor éxodo de profesionales. En Granma la mayoría de los nuevos graduados sólo permanecen durante el par de años en que deben cumplir su servicio social.
ASUMIR EL DESAFÍO. En cuanto a las amenazas contra Ravsberg, la UPEC hizo un llamado a la ética a la periodista que las difundió, y reclamó “que las retirara de su blog”. Sin embargo, recalcó que sus “procedimientos no le permiten aceptar la denuncia de un periodista extranjero (Ravsberg) aunque sea contra un miembro de la organización por una amenaza como esta”. Ninguno de los espacios de la prensa estatal cubana se ha dado por enterado de los hechos, a pesar de que son comidilla en las redes sociales y en muchas redacciones.
Iroel Sánchez, director del influyente programa de Televisión Cubana La pupila asombrada y uno de los más fuertes críticos de Ravsberg, optó por arremeter contra el periodista en su blog personal, La pupila insomne, lo cual se podría interpretar como un intento de mantener el debate dentro de Internet, un espacio al que la inmensa mayoría de los cubanos accede sólo de forma muy limitada. En La Habana es un secreto a voces que Sánchez cuenta con el respaldo de personas muy influyentes.
Varias figuras importantes cubanas defendieron a Ravsberg. Una de ellas fue el profesor universitario Esteban Morales, quien alertó: “las ausencias de información y la metástasis de la adulonería, combinadas con la apología, están acabando con nosotros”. Similar posición adoptaron creadores como Vicente Feliú, Amaury Pérez y el prominente sociólogo cubano Aurelio Alonso, quien afirmó que “la pluma de Ravsberg contribuye muchas veces, eso sí, a una diversidad necesaria y al debate y la búsqueda de soluciones a problemas de nuestra sociedad”.
El cantautor Silvio Rodríguez se sumó a la defensa: “lo que realmente necesitamos, que es mirarnos, vernos e intentar ser mejores, cosa que cuesta trabajo pero vale la pena. (…) Si Ravsberg dijo alguna mentira, que se le desmienta, pero esta infame cacería de brujas no es revolucionaria ni viril”, apuntó en un comentario en el blog de Morales. “¿Cómo podemos quejarnos, como tantos han hecho, de la falta de un periodismo más crítico y autocrítico, y ahora caerle en pandilla a Fernando Ravsberg?”, había expresado Rodríguez ya en abril de 2015.