Ricardo Piglia sostiene que «el comienzo de un libro define el tono de la historia y establece, implícitamente, el marco, es decir, el protocolo de lectura». En ese sentido, cabe decir que uno de los grandes aciertos de Manuel Soriano en el momento de componer Rugby (novela editada por Alfaguara en 2010 y reeditada ahora por Estuario) se encuentra en el punto de partida, en esas cuatro o cinco páginas iniciales, que resultan un auspicioso germen del boscaje que rápidamente se elevará ante el lector.
Ya en el primer capítulo, el narrador protagonista nos propone su recorrido: «Déjenme darles un paseo. Soy el Mocho, tengo 22 años y juego al rugby. Seré su guía durante este viaje». Mocho, cuyo nombre real es José Ignacio Sánchez de la Puente, es peruano, hijo de una familia adinerada afincada...
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