“Lincoln”
Buenas noticias. Lincoln es una película* atractiva, punzante, enjundiosa, espectacular y bastante más adulta y menos esquemática de lo que, con buenas razones, cabía suponer. Es que esta combinación entre sujeto y objeto lucía, a priori, temeraria. El sujeto en cuestión es el realizador Steven Spielberg, otrora un prodigio de la narración capaz de captar toda la atención de aquellos espectadores en busca de aventuras emocionalmente intensas y que en los últimos años había devenido, con Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (2008), Las aventuras de Tintín (2011) y Caballo de guerra (2011), en un técnico con mucho oficio y poca inspiración y en un ejecutor de fórmulas comprobadas aunque desprovistas de alma y, acaso, de su razón de ser (cinematográfica). En tan...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate