André es un muchacho joven de clase media baja, cuyos padres están ausentes y su hermano menor padece una enfermedad crónica. Ambos viven en un barrio pobre de Ouro Preto, en el estado de Minas Gerais, cerca de una fábrica de aluminio. Cuando Cristiano –un silencioso y enigmático obrero– fallece súbitamente, André encuentra en su habitación un diario íntimo, en el que relata sucesos determinantes de su vida. La narración da entonces un salto, siguiendo a Cristiano como protagonista en un recorrido que comienza en prisión y termina en la misma fábrica, generando un relato en el que recorre varios territorios del país, alternándose en los más variados trabajos físicos. Al mismo tiempo, su historia es un lamento por un amor trunco y, también, quizá una forma de expiación.
Es interesante cómo, a poco de comenzada esta película,1 la narración se despega de lo que podría estar contando Cristiano en su diario, ya que la superficie es realista, y hay personajes que cuentan anécdotas y chistes con una soltura que hasta parece improvisada. Estas pequeñas historias dentro de la historia dan cuenta de una narración libre, desvinculada de las palabras supuestamente contenidas en el diario.
Se trata entonces de una road movie muy diferente, centrada no en los momentos mismos de viaje, sino en el desempeño del protagonista en los distintos sitios. En este singular itinerario hay grandes elipsis –en varios casos, períodos de meses o hasta años ocurren entre una escena y otra–, mucho trabajo y pocos tiempos de descanso, con cierto detenimiento en la extenuación (muchas tomas captan a los personajes durmiendo) y en esos escasos tiempos muertos entre tareas, en los que los trabajadores comienzan a intercambiar experiencias, historias de vida, ciertas penas. Pero el abordaje en Arabia dista mucho del miserabilismo, y el foco parecería más bien puesto en las pequeñas alegrías, en los cánticos, en los momentos de conexión y comunión. Aun así, el retrogusto es amargo y la tragedia está a la vuelta de la esquina: la muerte sobrevuela una y otra vez el itinerario, dando cuenta de aspiraciones frustradas y de energías vitales brutalmente opacadas. Pese al optimismo general de los personajes, ni el protagonista ni varios de sus pares abandonarán jamás su eterno rol de mulas de carga; los diálogos referentes a las diferentes labores en las que se han desempeñado dan cuenta de una clase trabajadora con un papel atornillado, inalterado en el proceso productivo.
Los jóvenes directores João Dumans y Affonso Uchoa logran una historia dinámica en cuanto a la cantidad de sucesos y giros propuestos, pero construida con escenas reposadas, aparentemente casuales. El resultado es una película notablemente lograda, con personalidad, que confía en la inteligencia del espectador y en su capacidad para llenar los huecos de la narración. Dumans ya había sido asistente de dirección de Affonso Uchoa en su anterior largo de ficción, A Vizinhança do Tigre (2014), un filme de fuerte contenido documental, considerado por muchos críticos brasileños como uno de los mejores de ese año. Visto el buen recibimiento de esta película –ganadora de importantes premios en varios festivales–, está clarísimo que esta dupla va a dar mucho más que hablar.
- Arábia. Brasil, 2017.