Para el coordinador del Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia, el relevo en las investigaciones sobre los desaparecidos, que quedará ahora en manos de la Institución Nacional de Derechos Humanos, abre nuevas posibilidades para avanzar, con otra institucionalidad, en los objetivos de desmontar la cultura de impunidad.
En el mismo momento en que la Cámara de Senadores iniciaba el miércoles 4 la discusión del proyecto de ley que le confiere a la Institución Nacional de Derechos Humanos (Inddhh) la búsqueda de los restos de detenidos desaparecidos y disuelve el Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia (Gtvj), que tenía esa misión por decreto del Poder Ejecutivo, Felipe Michelini aportaba a Brecha un balance del trabajo del Grupo que él dirigió como coordinador desde su creación, en mayo de 2015.
Las atribuciones traspasadas y la simultánea disolución no son, como puede suponerse, resultado de un conflicto o de un cuestionamiento; por el contrario, Michelini fue uno de los principales impulsores de la iniciativa. “Que (Pedro) Bordaberry esté en contra habla bien del proyecto”, ironizó. Para Michelini, ahora se abre la posibilidad de que la investigación sobre los desaparecidos adopte, finalmente, el impulso necesario para obtener resultados, más allá de los cinco rescates de restos desde que se iniciaron las excavaciones en 2005, con herramientas que avancen en la búsqueda de la verdad.
“El decreto de creación del Gtvj fue un paso adelante adoptado por Tabaré (Vázquez), pero la lógica de su espíritu está agotada, debido a sus propias limitaciones institucionales”, explicó. “Los poderes que ahora se le confían a la Inddhh no podían estar en manos del Poder Ejecutivo, era necesario crear una instancia de acción independiente.” Si la media sanción del Senado es confirmada por la Cámara de Diputados, la Inddhh estará habilitada a crear grupos de investigación, a interrogar a civiles y a militares, a funcionarios y a particulares, a ingresar en lugares donde pueda haber información o elementos relevantes sobre el tema, y a acceder a toda la documentación.
De acuerdo con Michelini, en cuanto a los derechos humanos en el pasado reciente, “hay diferencias de todo tipo. Fuimos eficientes en la denuncia, en las movilizaciones, en la construcción de los relatos, pero fuimos muy malos en la investigación profesional”. En el objetivo de “erradicar la cultura de la impunidad y castigar a los perpetradores, los promotores y los cómplices de los crímenes, no debemos depender sólo de la confesión de los responsables”. Es necesario, enumeró, acceder a los archivos y a otras fuentes con información vital (“se nos negó el acceso a los folios de las cajas de pensiones militares”), eliminar los privilegios en la reclusión y en el cumplimiento de las penas, confiscar bienes, interceptar comunicaciones telefónicas; todo ello para avanzar en la investigación, “que es posible” aun cuando haya pacto de silencio.
Michelini estaba en La Haya, en sus funciones en la Corte Penal Internacional, cuando recibió la noticia del hallazgo de los restos recientemente ubicados en el predio que albergó al Batallón de Infantería número 13. “Llamé inmediatamente a Elena (Zaffaroni, miembro de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos), le adelanté la noticia y me lamenté de estar a 13 mil quilómetros de distancia en ese momento tan importante para la lucha contra la impunidad.”
Para entonces, el nivel de frustración era alto: “Desde que se instaló el Grupo de Trabajo, habíamos asumido el factor frustración, pero pasaba el tiempo, se acercaba el momento en que caducaba el decreto, y a pesar de la constancia del equipo dirigido por Alicia Lusiardo, no teníamos resultados”. El equipo había definido una metodología que implicaba un trabajo tedioso: “La opción que había primado antes era hacer cateos parciales, picoteando aquí y allá”, explicó Michelini. “Nos propusimos excavar todo el predio del 13 de Infantería, porque siempre iba a quedar la duda, desde que se encontraron los restos de Fernando Miranda”,de que podía haber más enterramientos clandestinos, allí. “Necesitamos recursos, y los pedimos. Se compró otra excavadora, con lo que abaratamos los costos, que eran altísimos. Al trabajar puntualmente, se pedían precios tremendos.”
Michelini mencionó otros inconvenientes: aparecieron los drones, las granadas y las falsas pistas, pero se mantuvo la metodología de rastrillaje total. “Se planteó la posibilidad de comenzar en otros lados, pero definimos que había que garantizar que se terminaba con el 13, exhaustivamente.” La aparición de los restos muy cerca de donde había sido enterrado Miranda confirmó, finalmente, la bondad del criterio, la vigencia del método, y abona la esperanza de encontrar otros restos en la misma zona de difícil acceso junto al arroyo Miguelete. Se había definido que “después que se termine en el 13, se iniciará el mismo trabajo, con el mismo método de rastrillaje, en el 14 de Infantería, un predio más pequeño”, donde se hallaron los restos de Julio Castro y Ricardo Blanco.
El ex legislador explicó que se realizó un trabajo de sistematización de los testimonios: “Sobre posibles enterramientos en el 13 de Infantería, hay todo tipo de testimonios, de todo valor y de diferentes orígenes; es necesario complementar el testimonio con una investigación y un análisis”, que con la nueva ley podrán ser encarados en forma global por la Inddhh.
Para Michelini, la excavación es una de las vías para encontrar los restos de los desaparecidos. Pero, sostiene, es necesario tener a favor una cuota de suerte. “En la reciente excavación, apenas unos rastros de cal fueron un indicio. Dos equipos estuvieron trabajando tediosamente, hasta que aparecieron los rastros de cal, que permitieron establecer la orientación en que había sido enterrada la víctima. A diferencia de lo que podía suponerse, este cuerpo estaba arrollado. Fue la correcta interpretación de los signos de cal lo que condujo al hallazgo.”
Aunque el equipo que realiza las excavaciones continuará trabajando, la dirección de los trabajos quedará a cargo de la Inddhh, una vez que se produzca la transición, si es que se completa, como es presumible, la aprobación de la ley en Diputados. Michelini sostuvo que ahora se abre una nueva instancia. Su última misión en el Gtvj será entregar un informe completo de todo lo realizado al presidente Vázquez, “que nos apoyó en todo momento”. El cierre de esta etapa, dijo, no supone que abandone la militancia, como no lo ha hecho hasta ahora, para erradicar la cultura de impunidad.