Con evidente ansiedad, espera la ronda del mate y cuando llega su turno se acomoda en el asiento, como si se preparara para descubrir las historias que trae ese ritual tan rioplatense. La frescura casi infantil de su sonrisa contrasta con sus más de 2 metros de altura. Hace una pausa, se ensimisma, sorbe, traga, levanta la mirada y, en un español un poco atravesado, opina sobre la charla que se está organizando.
Karim El Sadi acaba de cumplir 28 años y es la primera vez que lo celebra fuera de Italia, donde nació. Es también palestino, heredero de una tierra, de una cultura, de una lucha, pero, por sobre todas las cosas, de una resiliencia propia de su pueblo. Llegó al Río de la Plata por un proyecto de intercambio cultural y de solidaridad internacionalista coordinado por la organización ...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate