Sin mayor riesgo en lo financiero, al menos por ahora, Uruguay parece poder capear la situación sin mayores sobresaltos. Los problemas surgirían en la economía real, en primer lugar en el turismo, pero también en la industria que exporta a Argentina y la que produce para el mercado interno. El abaratamiento de lácteos y otros alimentos argentinos amenaza invadir, aun más, las góndolas de los supermercados uruguayos.
“Blindaje” parece ser un término exagerado para explicar la realidad uruguaya ante la crisis argentina. Seguramente hablar de desacoplamiento sea más preciso. Estar blindado implica que ni una brisa del vendaval de la vecina orilla ingresa-
rá a este lado del Río de la Plata. El gobierno, con razón, advierte que la situación no es la misma de 2001, cuando el efecto arrastre de ...
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