Como los coros, las palabras nacen, viajan, mutan y en algún momento se consolidan. Bitácora deriva del término francés bitacle, que a su vez proviene de habitaculum, en latín, ‘pequeña casa’ o ‘refugio’. En lo práctico, un mueble de madera que las embarcaciones antiguas tenían junto al timón y donde se guardaba un cuaderno para anotar los detalles del viaje. Con el tiempo, fue ese propio cuaderno el que pasó a llamarse bitácora. Así se denomina el disco de Panambí, publicado recientemente en plataformas y que primero fue un espectáculo –por lo tanto, hubo algo de camino inverso o, por lo menos, distinto al habitual–. Por lo general, un disco se graba, se edita y luego se presenta en sociedad. El viaje de este fue distinto: primero se estrenó el espectáculo –bellísimo, en El Galpón, a fine...
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