—¿Qué vocación llegó primero, la psicología o el servicio policial?
—Creo que toda la vida quise ser psicóloga, porque me gustaba escuchar a la gente y ayudar. En cuarto de liceo me hicieron un test de orientación vocacional y una de las profesiones que aparecieron fue psicología. Después, por cuestiones de la vida, ingresé en 1994 a la Policía.
—¿Cuáles cuestiones de la vida?
—En mi familia teníamos muchas dificultades económicas, y desde antes de cumplir 18 años contribuía en el empeño por sobrevivir. Con mi madre, mi abuela materna y mis hermanos cosechábamos algodón, papas y boniatos en campos de Fray Bentos, y recolectábamos y vendíamos chatarra, huesos y, puerta a puerta, nailon estampado que se usaba para manteles y cortinas. Trabajando, después, como cajera de supermercado, reponed...
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