En los últimos días la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, dio múltiples señales con relación a la pandemia. Sin ir muy lejos, el viernes 4 la comuna puso a disposición de ASSE una camioneta para realizar hisopados de forma gratuita en los barrios. Ese mismo día la jerarca anunció que tendrán rastreadores propios para los funcionarios municipales que den positivo. A su vez, tendió un puente con el gobierno nacional al enviarle una carta al presidente de la república en la que manifestó su voluntad de buscar alternativas para «mitigar el impacto en las actividades económicas, culturales y sociales» si el Poder Ejecutivo, asesorado por el GACH, resolviera ir por medidas más restrictivas.
A raíz de esta comunicación, el martes 8 Cosse se reunió con Luis Lacalle Pou y con autoridades de diversos organismos. Luego del encuentro dio una conferencia junto al secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, en la que informó que se peatonalizarán nuevos espacios para evitar aglomeraciones e informó del desarrollo, junto con la Udelar, de una aplicación que contribuya en el rastreo desde las organizaciones barriales. En esa oportunidad contó, además, que la comuna había efectuado 9.500 inspecciones nocturnas en las que se detectaron más de 140 fiestas clandestinas. De mantenerse esta apertura al diálogo, quedará descartada la versión de quienes en campaña sostuvieron –como lo hizo la candidata de la coalición a la Intendencia de Montevideo, Laura Raffo– que la coordinación entre el gobierno nacional y el departamental sólo sería posible si eran del mismo signo político.
Es cierto, por otra parte, que Cosse, lejos de conformarse con esos anuncios, el miércoles 9 dio un paso más al lanzar dos videos en los que comunicó que se cerrarán los museos, el planetario, el casino y los teatros que dependen de la Intendencia; que se suspenderán los ensayos de los cuerpos de artistas municipales, y que se había exhortado a poner en pausa también los ensayos de carnaval hasta tener la evaluación de las últimas medidas adoptadas por el Ejecutivo.
Es indudable que la capital está en una situación compleja respecto de la pandemia y que, por tanto, una intendencia que esté presente parece imprescindible, pero esto no quita que –al tiempo que se muestra abierta a contribuir con el gobierno nacional– la intendenta logra con sus acciones una visibilidad mayor de la que ya tiene y ratifica su posición como una figura de peso, justamente en el departamento donde el Frente Amplio puede hacerle mayor contrapeso al gobierno.