Un puñado de adolescentes subió las escaleras de la redacción al grito de: «Pero ¿quién es Brecha? ¿Quién de ustedes es?». Se sentaban e iban de a turnos al baño, mientras explicaban que se bajaron mal del ómnibus y tuvieron que caminar varias cuadras para llegar a 25 de Mayo y Juncal. Lo que sucedía era que muy pocos de ellos conocían la Ciudad Vieja, porque toda su vida transcurre en un barrio de la periferia de Canelones. «¿Todavía siguen imprimiendo estas cosas?», preguntó Tomás, mientras hojeaba una edición pasada del semanario. Todos tienen entre 12 y 17 años, y comparten el tiempo en su centro juvenil. Las vidas de todos ellos fueron atravesadas, en mayor o menor medida, por el coronavirus. Érica y Tomás tienen 15 años; Sebastián, 17. Viven con sus hermanos, su tía, su madre y su pa...
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