Debe de haber sido difícil decidir qué acabado tendría este documental, qué estructura narrativa, qué tipo de recorrido; no era sencillo elegir qué contar acerca de Mateo, qué dejar afuera, qué voces priorizar, qué equilibrios de valoración, qué contradicciones. Un personaje tan inasible, tan llamativo en su excentricidad, su locura y su ingenio, un inocente y al mismo tiempo un temerario, un hombre que podía ser escrupuloso y aplicado pero también un toxicómano, que fue capaz de causar, por igual, admiración y rechazo en sus círculos de amigos, que era venerado por sus colegas, pero que asimismo supo pasar grandes carencias, que desencajaba como pocos en su lugar y su época, al punto de volverse un incomprendido en toda la extensión de la palabra. Mateo era y sigue siendo, para muchos, un ser humano amado y amable, y también, vale decir, un auténtico marciano.
Estas contradicciones comienzan a sentirse en esta película desde los primeros minutos de metraje, cuando dos de los entrevistados dan a conocer un perfil radicalmente opuesto sobre el músico y compositor uruguayo. Sin embargo, no busca profundizar en esta personalidad tan atractiva y llena de matices, sino simplemente proporcionar un cuadro salpicado de opiniones, con las que se bosqueja una aproximación posible. Entre los consultados hay figuras de renombre, en su mayoría colegas que convivieron o trabajaron con él, que lo describen con honestidad y, al mismo tiempo, sumo respeto. Así, sobresalen entre los convocados Ruben Rada, Fernando Cabrera, Hugo Fattoruso, Jaime Roos y Mandrake Wolf, Estela Magnone, Mariana Ingold, Macunaíma, Horacio y Martín Buscaglia, entre otros. Filmados en el formato de “cabezas parlantes”, los fragmentos son acompañados de temas de Mateo interpretados notablemente por un sinfín de músicos y cantautores uruguayos de primer orden, entre los que sobresalen La Triple Nelson, el mismo Cabrera, Hugo Fattoruso, Mateo × 6, más algún extranjero allegado, como el brasileño Joe Vasconcellos y la japonesa Mio Matsuda. Asimismo, son integradas varias imágenes de archivo. Un dato interesante sobre la producción de este documental es que son muy escasos los registros fotográficos y fílmicos de Mateo, y aquí puede verse algo de lo poco que existe, dato sumamente elocuente sobre lo que fuera, en su momento, una figura marginal y prácticamente excluida del sistema.
Esta es la primera película dirigida por el productor Daniel Charlone (hermano del director y fotógrafo César Charlone), quien desde hace veinticinco años se desempeña en producción, con mucha experiencia en publicidad (en su momento produjo el mítico comercial de “El grito del canilla”). En este caso, su principal mérito está en este trabajo de reunión de talentos, tanto en lo musical como en lo técnico, y sus resultados en cuanto a lo musical. La película cumple, en este sentido, su principal pretensión de hacer pasar un rato agradable, ofreciendo varios momentos de auténtica belleza. El resto es presentado con un formato más bien tradicional, medido y ponderado, correcto y logrado –aunque quizá más apropiado para un formato televisivo–, y abre unos cuantos flancos (las ambivalencias del cantautor, su período en prisión, su relación con la dictadura) que dejan con ganas de más. Ojalá este sea un buen pie para el desarrollo de otro documental, más profundo.
1. Amigo lindo del alma. Daniel Charlone, Uruguay, 2019.