Hubo que revisar archivos, hacer genealogías, conseguir partidas de nacimiento y de defunción. Hubo que desempolvar viejos libros de actas para seguir las pistas que se adivinaban tras los garabatos ahí escritos. Fue necesario acudir a cementerios, desagotar inundaciones, desinfectar edificios, abrir nichos, panteones, ataúdes, urnas para, finalmente, conseguir las ansiadas muestras de ADN que se enviaron a Córdoba con la esperanza de que confirmaran la sospecha que guió casi un año de trabajo: los huesos hallados el 6 de junio de 2023 en el Batallón 14 pertenecen a Amelia Sanjurjo, militante comunista secuestrada el 2 de noviembre de 1977 (Brecha, 31-V-24).
La identificación de Sanjurjo, anunciada el martes 28 de mayo, resultó ser una bisagra en la historia de la búsqueda de desaparecidos...
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