Sic transit gloria mundi. Todo pasa: al Nobel 2002, Imre Kertész, lo compré por 100 pesos en la última Feria del Libro. Hace una década había empezado a leer a este narrador húngaro, revelado por el premio, a precio de oro en las preciosas ediciones de Acantilado, donde sigue estando la mayoría de su obra delicada y sobriamente traducida por Adán Kovacics. El librito (casi todos sus libros son breves) comprado por una cantidad irrisoria se titula irónicamente Liquidación.
Sin embargo, no es verdad que todo pase, al menos no en literatura. Pero es verdad que tarda. A Imre Kertész todo le demoró, menos Auschwitz. A los 14 años lo deportaron a ese campo, después a Buschwald. Cuando ganó el Nobel en 2002, parecía imposible que existiese todavía un escritor sobreviviente de los campos de concen...
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