El trabajo del director argentino Mariano Tenconi Blanco es bien conocido en las tablas montevideanas. En 2016 comenzamos a conocer su dramaturgia de la mano de La fiera, que se presentó en Tractatus con protagónico de Mané Pérez. Fue una puesta inolvidable: la historia de una mujer-tigre que vengaba los abusos de varones sobre mujeres. Más cerca en el tiempo y de la mano del FIDAE (Festival Internacional de Artes Escénicas) pudimos ver varias puestas dirigidas por él, como Quiero decir te amo y Las cautivas. Pero su nexo con Uruguay va más allá de lo creativo, porque la rama femenina de su familia es nativa de nuestro país: su abuela era salteña y su madre le narraba los recuerdos de Montevideo, ciudad que recién conoció a los 20 años. Tal vez por este vínculo emotivo de origen, su primera obra estrenada se tituló Montevideo es mi futuro eterno (2010).
Convocado por el director artístico de la Comedia Nacional, Gabriel Calderón, esta vez Tenconi escribió Madre ficción, un texto que tiene mucho de autobiográfico y que cuenta la historia de un dramaturgo que debe escribir una pieza para estrenar con el elenco oficial de Montevideo. La propuesta hizo que el autor se sumergiera en el universo literario de Uruguay y repasara el trabajo de autores como Levrero, Circe Maia, Onetti e Idea Vilariño, entre muchos otros. Pero si alguien busca en su texto una relectura de estos autores, puede llevarse una sorpresa: solo aparecen algunas citas, ciertos guiños. El universo del autor que escribe su diario es, por ejemplo, netamente levreriano.
Para narrar esta historia, que termina siendo un homenaje a las figuras femeninas de la madre y la abuela –seres responsables del origen y la crianza del autor–, Tenconi se rodeó de un elenco de poderosos actores que lo ayudaron a construir y sostener el humor grotesco y paródico que el montaje necesita para funcionar. Gustavo Saffores interpreta al autor, quien es, a su vez, el narrador principal, llamado Butti, y que presenta un sutil patetismo disfrazado de grandeza. Mané Pérez, quien había sido musa de Tenconi en La fiera, tiene el doble rol de representar a la pareja del autor y a su abuela. Roxana Blanco lleva a cabo una destacada interpretación de la madre, figura principal que va guiando el sentido del relato. Fernando Dianesi se desdobla en varios roles con soltura y es el hermano, el padre, el director de la Comedia.
La pieza termina siendo un homenaje a aquellas mujeres del origen y se estructura en un ir y volver continuo a sus relatos idealizados de un Uruguay que actúa como escenario de pasados oscuros y futuros brillantes. La promesa del éxito es la guía para ir transitando las escenas, que muestran los diversos estados del escritor en su búsqueda creativa. No es tan habitual ver piezas de humor llevadas a cabo por la Comedia Nacional, y en esta oportunidad es pertinente dar una sonada bienvenida a la pluma de Tenconi, autor contemporáneo interesado en la exploración de la parodia y muy cercano a los universos femeninos celebrados en esta puesta.
Tenconi ha expresado su interés por la llamada literatura de la intimidad, aquella basada en diarios, cartas y confesiones, y aquí la explora en su máxima expresión. Así, el escritor, en su camino de búsqueda, va plasmando su proceso cuadro a cuadro. Para darle carnadura dibuja personajes embebidos de grotesco que juegan con aquel imaginario idílico de un Uruguay que, en su dicotomía campo/ciudad, abraza a su gente tanto como la somete. El Montevideo de los años de oro se va dibujando en la mirada de ese extranjero que vincula lo femenino con la posibilidad de crear e imaginar. Presenciamos una escritura que despliega un fuerte potencial de gestación: la ficción abre puertas a un mundo tan vasto como posible.
