Un veterano profesor universitario a punto de jubilarse (Sam Waterston), como todos los viernes, compra un ramo de flores para su esposa (Glenn Close) en el puesto frente a una tienda. Poco después suena el timbre en un departamento y se oye una voz pidiendo ayuda. Quien atendió el timbre (Corey Stoll), superando su aprensión frente a una posible trampa, al final baja y encuentra al mismo profesor sangrando en el piso.
Así comienza una de esas películas corales tan caras a Robert Altman (Ciudad de Ángeles) o Paul Thomas Anderson (Magnolia), y de las cuales el último ejemplo importante es Crash (2004), de Paul Haggis, esas donde distintas historias y personajes en algún momento se cruzan. Tema de las grandes ciudades, donde esos cruces –al revés de lo que ocurre en las pequeñas comunidades ...
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