La huelga general contra la dictadura cívico-militar no se expresó de igual manera en todo el país. En el interior, la medida adquirió particularidades. Sin embargo, la memoria sobre estos procesos ha sido parcialmente trabajada. Esto, además de sus implicaciones históricas, incide en la construcción de significados que las sociedades locales hacen en torno al tema. En esta nota se abordan las particularidades de la huelga general en la ciudad de Paysandú.
MEMORIA Y FUTURO
A través de un proceso de investigación colectiva, entre 2014 y 2017, el Plenario Departamental del PIT-CNT de Paysandú se propuso reconstruir la memoria de la huelga general contra la dictadura en dicho departamento. Con pocos recursos económicos, con mucho empuje de personas amigas del movimiento sindical y con la colaboración de la sede de Paysandú de la Universidad de la República, se llevaron adelante entrevistas, talleres y múltiples reuniones. Este proceso culminó con la publicación de un libro que recoge los relatos de más de una decena de trabajadores y trabajadoras de la época.1 Desde una perspectiva biográfica, se reconstruyeron los principales hitos previos al golpe de Estado. Estos hitos fueron los que posibilitaron una respuesta masiva del movimiento obrero sanducero, que ocupó los lugares de trabajo, tal como lo había resuelto la Convención Nacional de Trabajadores (CNT). Para recuperar los acontecimientos de manera narrativa y dar origen a un material accesible, se optó por utilizar la estrategia de los relatos de vida.
Este proceso no estuvo exento de contradicciones. La memoria es un ejercicio desde el presente hacia al pasado. Sus dimensiones simbólicas e históricas operan contra las verdades y los relatos únicos.2 Esto fue algo que atravesó todo el trabajo, desde las personas a contactar hasta la forma en que se abordaban ciertas discusiones y, lo más importante, cómo todo eso quedaba presentado en un libro. Si algo pasó con este proceso de memoria colectiva fue que pudimos extraer aprendizajes. De quienes participaron de la huelga, que pudieron narrar lo sucedido y, al mismo tiempo, repensarse a la luz de sus experiencias posteriores. De quienes colaboramos con la organización de los relatos y la edición del libro, que transitamos por una investigación inédita en nuestras vidas, en la que algunos acuerdos debieron apresurarse por los tiempos editoriales. Y de quienes hoy habitan el movimiento sindical sanducero, que pudieron tomar contacto con un conjunto de hechos y decisiones que condicionan sus prácticas actuales y futuras.
PAYSANDÚ, LA HEROICA
Cuando se empezó el proceso de reconstrucción histórica de la huelga, las y los militantes de la época señalaron que no se podía entender la respuesta sanducera a la dictadura si no se analizaban distintos procesos que empezaron a darse en los años cincuenta. Muchos de ellos fueron propios de esta ciudad litoraleña. La industrialización por sustitución de importaciones de los años cuarenta tuvo un impacto particular en esta zona, donde se montó un complejo agroindustrial que abarcó distintos rubros de producción: azucarero, textil, aceitero, curtidor, etcétera. Esto implicó la conformación de una clase obrera pujante que diseñó sus propias formas de organización. Fue el caso del Plenario Popular Obrero Estudiantil de Paysandú, que congregaba a distintas corrientes de pensamiento e integraba al movimiento estudiantil tiempo antes de que esto se lograra en el ámbito nacional con la creación de la CNT, en 1964.
De este proceso organizativo, en el ejercicio de la memoria, se resaltaron dos hechos que le dieron dinamismo y propiciaron la integración colectiva. Uno fue el apoyo a la huelga de las y los trabajadores remolacheros de fines de los cincuenta. En las instancias de trabajo se recordaba que en uno de estos conflictos, más específicamente en la lucha por el pago de los días de lluvia, intervino Raúl Sendic Antonaccio. También, años después, las marchas cañeras a Montevideo contaron con un apoyo específico del movimiento obrero sanducero. Otro conflicto que potenció al Plenario Popular Obrero Estudiantil fue la lucha por la Ley Orgánica de la Universidad de la República, que se terminó aprobando en octubre de 1958. Cuando aún no existía presencia universitaria en Paysandú, el Centro Único de Estudiantes Sanduceros (CUDES) protagonizó una ocupación liceal, que fue respaldada por el movimiento obrero local.
La organización de los distintos sindicatos públicos y privados, así como la consolidación del Plenario Popular Obrero Estudiantil, construyó una dinámica específica en el uso del espacio público de la ciudad de Paysandú. Lo que se conoce como la zona industrial fue un espacio de concentración y movilizaciones obreras previas y durante la huelga general contra la dictadura. Luego, el Liceo N.º 1 y el local del CUDES también fueron espacios emblemáticos de la ciudad por lo que significaron para la integración obrero-estudiantil. Por último, la Plaza Constitución, lugar desde donde se resistió el sitio de Paysandú del colorado Venancio Flores y del imperio brasileño en el siglo XIX, fue un espacio de encuentro natural de las y los trabajadores, antes y durante la huelga general. A pocos metros de ahí, en el local de la Asociación de Empleados y Obreros Municipales de Paysandú, funcionó el comando de huelga que, cuando comenzó la dictadura, estaba transitando un conflicto contra la intendencia.
Finalmente, la militancia antes y durante la huelga general estuvo marcada por un diálogo particular con la ciudad de Montevideo. Esto implicaba desde marchas a pie, como el caso de las y los trabajadores portuarios, hasta el traslado de trabajadores públicos sindicalizados durante el gobierno del colorado Jorge Pacheco Areco, el vínculo con las direcciones nacionales de los sindicatos, que, en su mayoría, estaban radicadas en la capital del país, y, una vez que se creó la CNT, la participación directa en la Mesa Representativa como plenario obrero del interior. En ese entonces, las llamadas telefónicas eran dificultosas y los viajes en tren eran parte de la dinámica de las y los referentes sindicales. Este vínculo con Montevideo era tan particular que varias personas plantearon que la huelga contra la dictadura duró dos días más en Paysandú. Los problemas para las comunicaciones, propios de la época, y el desacuerdo con levantar la medida llevaron a que algunos grupos de base sanduceros sostuvieran la huelga por más tiempo.
LA HUELGA HOY
El trabajo sobre esta respuesta de defensa a la democracia, en particular reconstruyendo lo que aconteció en esta ciudad del interior, adquiere un doble sentido político. Por un lado, es una forma de problematizar los planteos y las reinterpretaciones que las nuevas derechas extremas están haciendo sobre la historia reciente. Estos grupos, que no son similares a los fascismos del siglo XX y que parecen no ser transitorios, tienen entre sus rasgos distintivos el impulso de los discursos de odio y el uso de la mentira para manipular el debate público.3 Por otro lado, dentro del campo de las izquierdas, la reconstrucción de estos procesos puede colaborar con la comprensión de la cultura política del interior del país, que continúa siendo problemática tanto para actores político-partidarios como para militantes sociales. El centro siempre está presente en la periferia, y viceversa.
Así, el proceso de memoria que se describió en esta nota tiene un efecto en el presente. En primer lugar, la vertiginosidad con que se elaboró el material escrito provocó un conjunto de imprecisiones y problemas editoriales. Para que quede un libro de calidad para las generaciones venideras, su reedición y un tiraje mayor que el inicial, se presenta como una labor concreta en el mediano plazo. En segundo lugar, la Intersocial de Paysandú, junto con otras organizaciones sociales y la Universidad de la República, viene trabajando en la construcción de un memorial de la huelga general contra la dictadura. Este proyecto busca resguardar la memoria y las particularidades de este acontecimiento en la ciudad de Paysandú, y promover la construcción de una sociedad más comprometida con la democracia.
Cristina Peri Rossi, en el prólogo de Indicios pánicos, expresaba: «Escribo contra la fugacidad, contra lo efímero, contra lo pasajero». Algo de esto se propuso un conjunto de militantes sindicales sanduceros de distintas épocas. Continuar estimulándolo en otras ciudades y pueblos del interior constituye una tarea ineludible.
1. Carmen Germes, Judith González, Valentina Mieres y Nicolás Rodríguez (orgs.) (2017), Memorias de la huelga general de 1973. Relatos del movimiento sindical sanducero.
2. Félix Vázquez (2002), «Construyendo el pasado: la memoria como práctica social», ECA. Estudios Centroamericanos, vol. 57, págs. 1049-1065.
3. Cecília Honório y João Mineiro (2021), Novas e velhas extremas-direitas, Parsifal, Lisboa.