De entre todo el universo de historias con el que podría haber contado para estrenarse como director, Bradley Cooper eligió un relato de amor rigurosamente clásico, y lo dirigió de una forma exquisita, visceral y nostálgica, dándole una frescura inesperada al viejo mito de Hollywood. Todo eso puede trasladarse a una banda sonora compuesta por piezas originales que, además de ser un correlato preciso y cronológico de las emociones de los personajes a lo largo de la trama (un logro que no todos los musicales suelen alcanzar), tienen vida propia, respiran y se expanden más allá de la pantalla. El conjunto, interpretado por Cooper y Lady Gaga, y que cuenta con la participación de artistas como Mark Ronson y Lukas Nelson, está compuesto por baladas que destilan la impronta del country y del pop...
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