A cinco meses de las elecciones nacionales, el oficialismo logró torcerle el brazo al lobby militar con la media sanción de una ley que debió llegar mucho antes, pero que logró el trabajoso apoyo de otros partidos chicos. Blancos y colorados esgrimieron de nuevo razones formales o “de oportunidad” para evitar una vez más aprobar decisiones fuertemente resistidas por la corporación armada y se posicionaron en el debate con argumentos similares a los del ex comandante en jefe del Ejército Guido Manini Ríos.
“Esto
no se cambia solamente con una ley”,
relataba hace unos días a Brecha uno de los diputados que estuvo
zurciendo desde fines del año pasado acuerdos en la interna del Frente Amplio.
Así, aludía a que el alma de las Fuerzas Armadas (Ffaa), especialmente la que reina en el Ejército, ...
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