Formas familiares en transformación, generaciones de identidad esquiva que adquieren protagonismo, electores que se desalinean, una politización de las relaciones entre los géneros que difícilmente remita y una pugna por la distribución de la riqueza que promete subir de temperatura son algunos de los rasgos de la sociedad que la próxima primavera deberá elegir Parlamento y gobierno.
“Siempre
somos los mismos”,
dicen los uruguayos de sí mismos, y eso, bastante cierto respecto de su número,
puede esconder otro tipo de transformaciones demográficas que vale la pena
tomar en cuenta.
“Uno de los cambios más rápidos de todos ha sido el de los arreglos residenciales. Del censo de 1996 al de 2011 pasó de todo”, subrayó a Brecha el sociólogo Ignacio Pardo. “Lo más significativo es que la famili...
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