Con el eslogan «6+1» las ciencias duras habían logrado sintetizar su propia agenda presupuestal: a la par de la demanda por el 6 por ciento del PBI para educación pública, reclamaban una tajada del 1 por ciento para investigación y desarrollo. En 2014, la Academia Nacional de Ciencias sentó un antecedente importante para la plataforma. Hizo firmar a los entonces candidatos a la presidencia –Pablo Mieres, Pedro Bordaberry, Tabaré Vázquez y Luis Lacalle Pou– un documento en el que se comprometían a incrementar gradualmente el presupuesto de ciencia y tecnología hasta alcanzar el 1 por ciento al finalizar el quinquenio.1 No ocurrió.
El actual presidente, Luis Lacalle Pou, podría alegar que el compromiso que firmó con los científicos refería al quinquenio pasado. Sin embargo, su adhesión a aqu...
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