Otro dato significativo es que resultaron electas 13 mujeres en las presidencias de las departamentales del Frente Amplio (FA) –Artigas, Canelones, Colonia, Durazno, Flores, Lavalleja, Maldonado, Montevideo, Paysandú, Rocha, San José, Soriano y Tacuarembó–.
La segunda novedad es que la 1001 (alianza del Partido Comunista con el Fidel, La Amplia y otros grupos) resultó la lista más votada, desplazando del primer puesto al Movimiento de Participación Popular (MPP), que desde 2002 ocupó ese lugar. Siempre se sostuvo que el peso de los comunistas y sus aliados era mayor cuando menor era el universo de votantes. Sin embargo, esta vez con una participación mayor a la de 2016 (cuando, de un total de 94 mil votantes, la 1001 obtuvo 10 mil votos), superó las 20 mil adhesiones, alcanzando el 22,98 por ciento (más que duplicó su votación anterior). Ya en las elecciones nacionales de octubre de 2019, la 1001 había demostrado un despegue de su nicho tradicional; en esa oportunidad obtuvo dos senadores y cinco diputados. Aparte de su insistencia militante, para ese resultado hay que sumar la aparición de figuras que trascienden las filas partidarias, como el senador Óscar Andrade, que se suma a la acción de dirigentes de más larga data, como Juan Castillo y Daniel Marsiglia. Andrade, junto con Carolina Cosse, Yamandú Orsi, Mario Bergara y Andrés Lima, son los principales emergentes públicos del FA. Empero, en el MPP, más allá de Orsi, no han aparecido figuras que sustituyan a José Mujica y Lucía Topolansky, al menos a nivel público. Incluso que la 1001 también haya triunfado en Canelones y que la comunista Susana Muñiz (exministra de Salud y expresidenta de la Administración de Servicios de Salud del Estado) alcance la presidencia de la departamental canaria en competencia con el diputado emepepista Óscar Amigo no es una buena noticia para Orsi, seguro competidor a la candidatura presidencial del FA. Antes de ser candidato a la presidencia de la república hay que pasar por las internas partidarias previas a la elección del candidato único de los partidos y el mensaje del 5 de diciembre, a pesar de ser un universo más reducido, es una señal de alerta.
La 1001 duplicaría su representación en la Mesa Política, pasando de dos a cuatro lugares; otro tanto pasaría en el Plenario Nacional, donde alcanzaría 20 de los 85 lugares de los partidos en el organismo. El MPP podría bajar de cuatro a tres en la Mesa y tendría 18 en el Plenario. Pero las adjudicaciones finales dependen de cómo funcionan los restos después de la asignación de los enteros adjudicados por representación proporcional. El tercer lugar en la votación correspondió a la Convocatoria Seregnista y Progresista, integrada por Asamblea Uruguay, Marea Frenteamplista (liderada por Bergara), Partido Demócrata Cristiano, Plataforma y otros grupos. En cuarto lugar quedó el Partido Socialista (PS), lo que ha motivado una crisis en sus filas, debido a la baja votación.
En una reunión de su Comité Central la semana pasada el secretario de la departamental de Colonia, Michel Skafar, pidió la renuncia a la secretaría general de Civila, culpándolo de la escasa votación debido a su política de alianzas. Incluso llegó a decir que en la elección de Civila hubo fraude, porque los votos emitidos en Argentina eran de peronistas y no de socialistas. El diferendo en el partido más antiguo de la izquierda uruguaya viene desde el momento en que los llamados renovadores perdieron la dirección a manos de los ortodoxos dirigidos por Civila. Otro factor que no puede dejarse de lado en la baja votación del secretario general socialista es el poco peso que tuvo el apoyo de la intendenta Cosse a su candidatura. Lo llamativo es que figuras de La Amplia, como la senadora Silvia Nane, integraron la lista de la 1001. Por lo cual, comentaron fuentes socialistas a Brecha, no se sabe si no se jugó la ropa o el apoyo fue un movimiento inicial luego diluido.
En el quinto lugar quedó la Liga Federal, revitalizada a partir del esfuerzo de reconstrucción del intendente salteño, Lima. Quienes perdieron su lugar en la Mesa Política fueron Casa Grande, la 711, de Raúl Sendic, y el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), aunque sí estarán en el Plenario Nacional. La otra novedad es que a la Mesa ingresará una representación del acuerdo celebrado entre El Abrazo y el Par, de Cristina Lustemberg. En tanto, la Vertiente y el Nuevo Espacio mantendrán sus lugares.
El FA se dirige hacia la conformación de cuatro espacios: 1001, MPP, Convocatoria y el del PS junto con Casa Grande y el PVP, lo que reduciría la fragmentación, una constante en los últimos años.
Del resultado de las internas frenteamplistas no se puede inferir que el FA se vuelque más a la izquierda, por la sumatoria de la 1001, el MPP y el alineamiento en torno al PS, comentaron a Brecha en privado varios politólogos. En primer lugar, porque el agrupamiento de centroizquierda tuvo una buena votación y probablemente, más temprano que tarde, a ese espacio se sume la Vertiente, el Nuevo Espacio, el Par y El Abrazo.
La otra razón es que el MPP, en los 15 años de gobierno frenteamplista, siempre acordó con el astorismo, que conducía la política económica. Al grado que el «giro a la izquierda» que se pronosticaba con el gobierno de Mujica nunca ocurrió y en las discusiones en la bancada sobre el presupuesto o las rendiciones de cuentas era el MPP el que le daba «gobernabilidad» al equipo económico.
La duda razonable es si el MPP inicia su declive irreversible como fuerza mayoritaria una vez que los dirigentes históricos se van esfumando del escenario, comentaron a este semanario varios dirigentes frenteamplistas.