Las causas de María Esther: Una cuestión más bien humana - Semanario Brecha
Las causas de María Esther

Una cuestión más bien humana

Antes de ser periodista, María Esther Gilio fue abogada. Esta profesión le permitió acercarse a los tupamaros presos a fines de los años sesenta, entrevistarlos en la cárcel y convertirse en un importante nexo con la dirección del movimiento, al punto de ser descrita como el enlace de comunicación «más sólido» en la preparación de la fuga de Punta Carretas.

Con sus hijas Carmiña y Sabela. GENTILEZA DE LA FAMILIA

Podría haber sido psicoanalista: a los 14 ya había leído a Sigmund Freud, o haberse dedicado a la arquitectura, que le gustaba mucho. María Esther Gilio era una mujer de intereses infinitos y habría podido ganarse la vida de mil modos. Pero, antes de ser –por casualidad– periodista, obtuvo el título de abogada, una carrera que la hacía bostezar. Pesó el mandato de la madre, quien le inculcó que debía ser alguien en la vida, libre, independiente, para no estar atada materialmente a ningún amor, como ella. Y después –cuando la mató un hombre que supuestamente la quería–, dejó a la chiquilina sola.
María Esther cumplió: encarnaba a la única mujer de la cuadra que no era ama de casa, aun teniendo dos niñas. Dijo y escribió cosas distintas sobre el porqué de una elección que consideraba aburrid...

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