La condena de la actual vicepresidenta argentina a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, bajo la imputación de administración fraudulenta en la adjudicación de obra pública en la provincia de Santa Cruz entre 2003 y 2015, no generó mayor sorpresa en la opinión pública. «La condena ya está escrita» y «esto no es un juicio, sino un pelotón de fusilamiento», había dicho a través de un video la propia Cristina Fernández días antes que el Tribunal Oral Federal 2 de la capital argentina leyera la sentencia en la tarde del martes 6 de diciembre. Fue absuelta, en cambio, del cargo de asociación ilícita que la involucraba con otros 11 imputados en la causa. En sus redes sociales, Fernández ya anunció que no será candidata a ningún cargo en las próximas eleccio...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate