Inflación y salarios: A costillas de la mayoría - Semanario Brecha
Inflación y salarios en Europa y Estados Unidos

A costillas de la mayoría

En la mayoría de las economías más ricas, la actual crisis del costo de vida es impulsada en gran medida por un desproporcionado aumento de las ganancias empresariales, mientras los salarios sufren una caída histórica en términos reales. Así lo indica incluso el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.

Banco Central Europeo, en Fráncfort, Alemania. AFP, KIRILL KUDRYAVTSEV

El último informe sobre empleo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE),1 publicado el 11 de julio, es una verdadera revelación sobre la crisis del costo de vida y sobre si han sido los aumentos de salarios o los aumentos de ganancias los que más han contribuido al aumento de la inflación en los países ricos. En cuanto a los salarios reales, según la OCDE han caído un promedio del 3,8 por ciento en el último año en los países miembros: «Los mercados de trabajo han subido los salarios nominales, pero por debajo de la inflación, lo que ha llevado a una caída de los salarios reales en casi todas las industrias y países de la OCDE».

Las caídas varían considerablemente según cada país miembro. Las mayores caídas han sido en Escandinavia y Europa del Este, donde los precios de la energía aumentaron más por la pérdida del petróleo y el gas rusos, mientras que la caída en Estados Unidos es una de las más bajas, ya que los precios de la energía, aunque han subido, no se han disparado tanto. Europa ha tenido que cambiar su aprovisionamiento de energía rusa a través de gasoductos y pasarse al mucho más caro gas natural líquido mediante transporte marítimo.

El estudio de la OCDE también revela en detalle hasta qué punto y cuánto del aumento de las tasas de inflación desde el comienzo de la pandemia hasta ahora se debe a los salarios y las ganancias.

En el promedio (no ponderado) de toda la OCDE, las ganancias por unidad de producción aumentaron alrededor del 22 por ciento desde finales de 2019 hasta el primer trimestre de 2023, mientras que los salarios por unidad de producción aumentaron alrededor del 16 por ciento. En algunos países, el papel de las ganancias en el aumento de los precios fue mucho mayor en comparación con el de los salarios: en Suecia, el 27 por ciento de las ganancias aumenta, contra el 9 por ciento de los salarios; en Alemania, el 24 por ciento, contra el 10 por ciento; en Austria, el 23 por ciento, contra el 10 por ciento.

El mayor aumento de las ganancias durante la espiral inflacionista fue en Hungría, con más del 60 por ciento, seguida por los Estados de Europa del Este, con más del 30 por ciento. Los aumentos salariales y de beneficios por unidad de producción en Estados Unidos fueron aproximadamente iguales, del 14 por ciento cada uno. Solo Portugal vio una contribución significativamente mayor de los salarios por unidad de producción (18 por ciento) que de las ganancias (9 por ciento).

La OCDE concuerda con muchos analistas económicos en señalar que el aumento de la inflación se inició por el aumento de los precios de los productos básicos y la energía causado por los cortes en la cadena de suministros después del final de la pandemia, que se agravó con la invasión rusa de Ucrania: «El aumento inicial de la inflación fue en gran medida importado por muchos países de la OCDE e impulsado por los precios de los productos básicos y la energía. Sin embargo, en el transcurso de 2022, la inflación amplió sus causas, con costes más altos que se transfieren cada vez más a los precios de los bienes y servicios nacionales».

La inflación, entonces, no fue causada por aumentos salariales, que nunca pudieron mantener su crecimiento a la par de la espiral inflacionaria. Una vez más, según la OCDE: «La evidencia no ofrece indicios de señales de una espiral de precios-salarios hasta ahora. El crecimiento nominal se ha recuperado, pero no muestra señales claras de una aceleración significativa en todos los países. La brecha con la inflación parece estar disminuyendo en los últimos meses, principalmente debido a una lenta disminución de la inflación, pero la erosión de los salarios reales aún no se ha detenido en la gran mayoría de los países miembros».

De hecho, los aumentos de las ganancias fueron un factor mucho mayor como impulso de la inflación. Las conclusiones del informe son claras: en primer lugar, los salarios reales promedio (es decir, después de la inflación) han caído en todo el mundo capitalista desarrollado en los últimos tres años; de hecho, se trata de la caída más grande y más larga en al menos 50 años. Y, en segundo lugar, el principal contribuyente al aumento de los precios de los bienes y los servicios durante este período ha sido el aumento de los beneficios por unidad de producción, no de los salarios, particularmente en la zona del euro: «En la zona del euro, la contribución de los beneficios ha sido particularmente grande, lo que representa la mayor parte del aumento de los precios nacionales en la segunda mitad de 2022 y el primer trimestre de 2023». En cuanto a Estados Unidos, la OCDE considera que: «Con mercados laborales particularmente ajustados, los salarios generalmente han contribuido a los aumentos de los precios internos más que las ganancias en los últimos trimestres». Pero «la reciente contribución de los márgenes de beneficio fue mucho mayor que en los años anteriores a la crisis, aunque ha disminuido en los trimestres más recientes».

Los datos de Europa y de Australia muestran que el sólido rendimiento de las ganancias en 2022 no se limitó al sector energético. En el año que va hasta el primer trimestre de 2023, en Europa, las ganancias por unidad de producción aumentaron más que los costes laborales en la manufactura, la construcción y las finanzas, y crecieron al mismo ritmo que el coste laboral en «alojamiento, alimentos y transporte». Del mismo modo, las ganancias aumentaron más que los costes laborales en varios sectores de Australia, incluyendo «alojamiento y alimentos», manufactura, comercio y transporte.

Por lo tanto, ¿para reducir las tasas de inflación, las empresas deberían reducir los aumentos de beneficios? Tal vez no, dice la OCDE, porque «la rentabilidad de las firmas puede quedar socavada a corto plazo por una caída en la demanda debido al endurecimiento de la política monetaria y la erosión del poder adquisitivo. En este contexto, es más probable que el aumento de los costes laborales se traduzca en una reducción de la demanda de mano de obra y posibles pérdidas de empleo. En general, si bien la evidencia sugiere que hay margen para que los beneficios puedan absorber algunos ajustes en los salarios en varios sectores y países, es probable que el margen de maniobra exacto varíe según los sectores y el tipo de empresas».

En otras palabras, tratar de reducir los aumentos de precios restringiendo los aumentos de beneficios al tiempo que se permite que los aumentos salariales de los trabajadores se pongan al día podría causar una crisis, en la medida en que los empleadores reducen la fuerza de trabajo contratada para detener así el aumento de los costes laborales. Esto significaría un aumento del desempleo. Eso es lo que sucede en un sistema de producción impulsado por la ganancia.

Entonces, ¿cuál es la respuesta para que haya crecimiento económico sin que la inflación se acelere? Para la OCDE, «a largo plazo, las ganancias salariales reales sostenidas solo se pueden garantizar a través de un crecimiento sostenido de la productividad». Los países de la OCDE necesitarían, así, «aprovechar al máximo las oportunidades que ofrecen los nuevos desarrollos tecnológicos, como la inteligencia artificial». Hasta ahora, no hay señales de ello.

1. OCDE, Employment Outlook 2023: Artificial Intelligence and Jobs.

(Publicado originalmente en el blog del autor, The Next Recession. Traducción de G. Buster para Sin Permiso.)

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