A sangre fría - Semanario Brecha
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La reforma del sistema jubilatorio en debate.

A sangre fría

La mitad del déficit fiscal se explica por la asistencia financiera a los organismos de previsión social. Esa cooperación deberá crecer, pues la vida sigue prolongándose. Mientras, faltan los recursos necesarios para disminuir la pobreza, como siempre concentrada en los más chicos. Hay inequidades a corregir también dentro del propio sistema, un mecanismo de endiablada complejidad, para cuyo ajuste parece requerirse la mayor de las cautelas.

Ilustración: Dani Scharf

Supongamos que usted
está en caja. Aporta mes a mes el 15 por ciento de su salario, y además su
patrón añade un 7,5 por ciento más. Así que por usted el Bps recauda mensualmente el 22,5 de su
sueldo. Al cabo del año son 2,7 salarios; 81 sueldos al término de 30 años de
trabajo. Si para entonces llegó a los 60 años, ya se podrá jubilar. Sería
estupendo que –como les pasa a los militares– le pagaran de jubilación lo mismo
que cobraba estando en actividad. Pero si quisiera cobrar eso, lo ahorrado se
terminaría en seis años y nueve meses. Antes de cumplir 67 ya no tendría qué
cobrar.

NUNCA ALCANZÓ. Por eso, si usted se jubila con 60 años de edad y 30 de aportes, la prestación que obtendrá será del orden del 45 por ciento de lo que ganaba. Ese porcentaje es lo que se llama tasa de reemplazo...

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