«No hay lugar para gradualismo, no hay lugar para la tibieza.» Así advirtió en su primer discurso Javier Milei, presidente electo de Argentina, sobre la profundidad de las medidas que intentará aplicar en su país a partir de diciembre. El pasado fin de semana, con una diferencia de unos 3 millones de votos respecto a su contrincante, Sergio Massa, el candidato «liberal libertario» alcanzó el gobierno nacional, luego de un ascenso meteórico en la política de la vecina orilla.
Con cuatro de cada diez argentinos hundidos en la pobreza, un escenario monetario a las puertas de una hiperinflación y un profundo endeudamiento en una situación de inexistente capacidad de pago, Milei deberá hacerse cargo de un país que se encuentra en una situación extremadamente crítica.
En los primeros días luego ...
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