Una institución «amortiguadora», que «perdió vigor y fibra» y que se maneja con una lógica de «componenda» con el Estado más que como «garante independiente» de los derechos humanos de los ciudadanos. Un directorio que «no es garantía de nada», que «actúa solo si los problemas se hacen públicos» y que parece pensar que la situación por la que hoy atraviesa la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (INDDHH) está condicionada por el «campo de las relaciones personales y no de las lógicas institucionales», como efectivamente sucede.
El párrafo anterior, construido a partir de declaraciones de funcionarios y de integrantes de organizaciones de la sociedad civil, resume las conversaciones que Brecha mantuvo en procura de entender qué está pasando en la INDDHH, una orga...
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