El vicepresidente de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (Anii), Santiago Dogliotti, renunció este mes a ese cargo debido a discrepancias con el proceso de elaboración de un programa de posgrados en tecnología, innovación y emprendedurismo que impulsa el presidente Tabaré Vázquez para profesionales de la región, en acuerdo con universidades privadas extranjeras. Por el mismo motivo, los directores Luis Bértola y Hugo Donner definirán el lunes si también dejan sus cargos.
El ambiente se caldeó hace seis meses, cuando Vázquez encomendó el diseño y la ejecución de la propuesta educativa a los presidentes de la Anii y el Plan Ceibal, Fernando Brum y Miguel Brechner, respectivamente. Este último era además miembro del directorio del Latu en representación del Banco República, cargo al que renunció luego de que la justicia lo condenara a pagar una deuda de 140 mil dólares a República Afisa, la administradora de fondos de inversión subsidiaria del Brou, y de que la Junta de Transparencia y Ética Pública (Jutep) recomendara su sustitución, según informó ayer el semanario Búsqueda.
Un informe publicado por Brecha el pasado 22 de junio (véase “Educación importada”) dio cuenta del malestar que la actitud presidencial generó entre docentes, jerarcas y referentes en la materia. No sólo porque entendían que tanto la Anii como el Plan Ceibal estaban fuera de sus cometidos, sino porque se hacía a espaldas de la Universidad de la República (Udelar), importando propuestas de universidades privadas, sin la intervención de la academia nacional en un tema clave para el desarrollo del país.
En ese polémico contexto se abrieron paso Brum y Brechner hasta que, el 3 de este mes, una nueva resolución de Vázquez hizo saltar la térmica en la interna de la Anii. Además de crear un comité ejecutivo y otro comité de seguimiento del programa, la resolución presidencial detalla los cometidos de la propuesta educativa y encarga su elaboración a la Anii, el Centro Ceibal y la Universidad Tecnológica del Uruguay (Utec). Sin embargo la Anii nunca trató ese tema formalmente e incluso varios directores estaban en desacuerdo con la forma en que se estaba tratando el tema por parte de la Presidencia. “El directorio de la Anii tomó conocimiento de la propuesta cuando ya había avanzado y nunca tuvimos el tema sobre la mesa como para tomar una decisión formal”, remarcó a Brecha Santiago Dogliotti, quien a raíz de la resolución presidencial optó por renunciar a su cargo. “Lo que terminó de molestarme fue la forma en que salió esa resolución presidencial, porque no es cierto que la Anii elaboró la propuesta”, acotó. Tampoco es cometido de la Anii trabajar en esto. “La misión de la agencia es fortalecer el Sistema Nacional de Investigación e Innovación, y para eso hay que articular con los actores y promover actividades para la innovación, la formación de recursos humanos, etcétera. Pero a nadie se le ocurre que la Anii, por sí misma, pueda dirigir o gestionar un programa educativo de este tipo. Un equipo de trabajo funciona con determinadas reglas, y cuando esas reglas no se respetan, eso quita las ganas de seguir contribuyendo”, enfatizó Dogliotti, quien era uno de los tres directores designados directamente por el presidente Vázquez. Los otros dos, Bértola y Donner, integran el directorio a propuesta del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conicyt) y decidirán el lunes qué pasos seguirán. La presidenta saliente de este órgano, María Julia Pianzzolla, recordó a Brecha que el Conicyt ya había enviado a Vázquez una carta marcando su desacuerdo con la forma en que se procesaba el programa de posgrados, porque “ni la Anii ni el Ceibal tienen potestades para diseñar una propuesta de este tipo”. Con la última resolución, a la que siguió una presentación pública de la diplomatura en data science que se dictará el año que viene, por un acuerdo con el Instituto Tecnológico de Massachusetts (Mit) y Harvard, el descontento aumentó, porque no participó ninguna de las instituciones nacionales abocadas a la educación e investigación en tecnologías de la información. “Consideramos que lo que pasó es un hecho grave. El Conicyt debe evaluar si es bueno que Bértola y Donner –propuestos a la Presidencia para integrar el directorio de la Anii– renuncien por esto o si es conveniente que, pese a lo ocurrido, continúen”, señaló Pianzzolla. Los jerarcas no necesitan autorización del Conicyt para renunciar, pero consideran de orden plantear y debatir el asunto en el consejo. “Es muy importante para el país que se siga de cerca el avance en la institucionalidad de ciencia, tecnología e innovación. Estamos en un momento coyuntural, nos ha costado mucho avanzar, pero cuando suceden, estas cosas desalientan. Parece un retroceso porque no se está reconociendo a las instituciones que generan y crean. No se reconocen las capacidades que existen en el país”, lamentó.
En tanto, la Udelar rechazó la invitación a participar en los comités de gestión y de seguimiento creados a principios de este mes. La decana de la Facultad de Ingeniería y coordinadora de la Comisión Académica de Posgrado de la Universidad, María Simon, explicó a Brecha que no había nada que aportar desde lo organizativo porque ya todo estaba decidido. “No tenía sentido participar en un órgano de gestión, para gestionar algo que ya estaba gestionado”, enfatizó la ingeniera. No obstante, confirmó que la facultad propuso unos 40 cursos de alta calidad para el sector de las Tic, de los cuales dos podrían sumarse a la propuesta del Mit. De todas formas, se trata de una iniciativa “rápida y un poco aislada, que no se llevó a cabo en el contexto que debería”.