¿Cómo pudo sobresalir Juan Carlos Tabío en el mundo de los superegos del cine? Él, que hizo todo lo posible por ser invisible. Había allí una lección muy bien aprendida y el compromiso de alguien que, desde sus comienzos como documentalista, asumió el cine como una técnica al servicio de un relato. Fue bajo dicha premisa que se vinculó con el mundo de las imágenes en movimiento a partir de 1961, haciendo trabajos de producción, de cámara, de asistencia de dirección, de guion.
Que el cine, un emprendimiento eminentemente colectivo, sea comprendido como una disciplina de relaciones incontestablemente verticales es una contradicción. Tabío iba a estar donde mejor sirviera y haciendo lo que debiera, entendiendo lo cinematográfico como una forma de conciencia colectiva. Y eso implicaba, claro, ...
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