El cuarto gobierno frenteamplista presenta algunas particularidades que no hacen otra cosa que profundizar tendencias con un desarrollo anterior y que muestran el devenir del pensamiento progresista y su forma de plantarse ante la sociedad uruguaya. La más notoria es la insistencia, tanto desde la presidencia del Frente Amplio (FA) como desde el elenco gobernante, en diferenciar al extremo los roles de la fuerza política y el gobierno, al grado que el posicionamiento del Frente en temas de política internacional no permea las posturas del Poder Ejecutivo. Lo mismo sucede en las valoraciones que el equipo económico hace sobre el programa aprobado por la fuerza política para el período 2020-2025, tachándolo de impagable e impracticable. Un tercer elemento, que autonomiza aún más al Ejecutivo...
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