Deseo de un rey - Semanario Brecha
TERRORISMOS DE DERECHA EN ALEMANIA

Deseo de un rey

Hace ocho días la Policía alemana llevó adelante una operación de dimensiones nunca vistas contra una organización terrorista de derecha que nuclea corrientes de divergentes miradas.

Heinrich XIII Prinz Reuss es arrestado en Fráncfort, Alemania, el 7 de diciembre, sospechoso de planear un golpe de Estado junto con un grupo de extrema derecha AFP, BORIS ROESSLER

La Policía ha arrestado a 25 personas acusadas de planear derrocar al gobierno alemán en una serie de redadas en todo el país. El grupo está acusado de intentar proclamar a Heinrich XIII, un descendiente de la realeza alemana, como su líder al frente del Estado. Entre los arrestados se encontraban miembros del grupo Reichsbürger (que se traduce como ‘ciudadanos del Reich’), un movimiento dispar de grupos e individuos, incluidos algunos con posiciones de extrema derecha.

A los partidarios de Reichsbürger se les había impedido intentar acciones violentas antes, pero este último incidente y la lista de sus presuntos miembros han causado mayor preocupación.

Una exmiembro del parlamento alemán, que ha sido jueza hasta hace poco, fue una de las arrestadas. Birgit Malsack-Winkemann fue diputada parlamentaria de la extrema derechaAlternativa para Alemania (AFD, por sus siglas en alemán), pero dejó el partido en 2021.

Varios exmilitares también fueron arrestados por el intento de golpe. Esto es motivo de gran preocupación para la Policía, ya que tales lazos dan a los posiblemente extremistas peligrosos acceso a armas y personas entrenadas.

A comienzos de 2022, Heinrich XIII fue señalado por la prensa alemana como alguien cercano a los círculos de Reichsbürger y un convencido de las teorías de la conspiración, lo que llevó a su familia, la Casa de Reuss, a distanciarse públicamente de él.

Sin embargo, no tiene un alto perfil, aparte de un discurso de 2019 en la conferencia World Web Forum en Suiza, que contenía un mensaje antisemita y revisionista. La participación de un aristócrata habla de las motivaciones monárquicas de algunos Reichsbürger, que desean restablecer a un káiser como jefe de Estado.

LA OTRA DIVERSIDAD

Reichsbürger no tiene una estructura centralizada, pero se estima que sus partidarios no son menos de 21 mil. Su creencia clave es que el actual Estado alemán (la Bundesrepublik o República Federal), sus instituciones y sus representantes, elegidos democráticamente, no son legítimos.

Los partidarios del movimiento se niegan a someterse a la autoridad estatal, por ejemplo, pagando impuestos. Se hicieron famosos en los primeros años de la pandemia por no cumplir con las restricciones impuestas para combatir la propagación del SARS-CoV-2.

Algunos partidarios del movimiento consideran que los pasaportes y las tarjetas de identificación oficiales alemanes son ilegítimos. Mientras que otros prefieren usar un certificado oficial de ciudadanía (llamado gelber Schein o certificado amarillo), algunos fabrican sus propios pasaportes ilegales y licencias de conducir, unos documentos que a menudo incluyen menciones a antiguos Estados alemanes como lugares de nacimiento, por ejemplo, los reinos de Baviera o Prusia. En 2021, un funcionario alemán fue destituido de su cargo después de solicitar un pasaporte en el que el Reino de Baviera aparecía como su lugar de nacimiento.

Los miembros del grupo generalmente creen que alguna versión anterior del Estado alemán es de hecho la forma legítima de Estado, aunque hay cierta inconsistencia en cuanto a cuál de ellas sería.

Algunos seguidores creen que la «verdadera» forma de Alemania fue la que existió entre 1871 y 1918, cuando se estableció el Reich alemán después de la unificación y antes de la Primera Guerra Mundial. Otros citan la Constitución de la República de Weimar de entreguerras como la única verdadera. Y otros todavía prefieren avanzar hasta 1937 para argumentar que las fronteras de aquel territorio alemán, que entonces incluía al antiguo Reino de Prusia, ahora Polonia y Rusia (pero no Austria, que se anexionó en 1938), son las que valen.

Una creencia unificadora entre los Reichsbürgeres que el actual Estado alemán carece de soberanía. Creen que los aliados occidentales (Francia, Reino Unido y Estados Unidos) supuestamente han mantenido el control después de que su ocupación de Alemania Occidental terminara en 1955. Por lo tanto, algunos creen que el actual Estado alemán es un régimen títere que no representa los intereses del pueblo alemán.

A veces se refieren a él como Deutschland GmbH (‘Alemania SRL’), lo que implica que no tiene poder sobre sí mismo y solo existe para enriquecer a sus controladores. También utilizan el nombre BRD GmbH, que se refiere al nombre abreviado de la Alemania Occidental de posguerra.

NEGAR LA HISTORIA

El enfoque histórico revisionista y el cuestionamiento del margen de soberanía con el que el Estado ha podido efectivamente conducirse pueden fomentar una concepción de Alemania como un país sin tacha, del que se puede estar orgulloso sin problemas.

Al centrarse en las fronteras de antes de la guerra y pasar por alto la historia de la posguerra, los Reichsbürger pueden ignorar la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, así como su proceso para reconciliarse con su pasado nazi y colonial, y episodios como el Holocausto o el genocidio de los herero y nama de 1904 en Namibia.

La eliminación de estos momentos oscuros de la historia alemana les permite a los partidarios del movimiento centrarse en un relato que los presenta como víctimas, súbditos de un Estado alemán que no reconocen.

Un revisionismo similar es común en la extrema derecha alemana más amplia, en particular en algunos miembros del partido populista AFD. El cuestionamiento de las dimensiones del Holocausto y el énfasis en los momentos «positivos» de la historia alemana apuntan en el mismo sentido.

Sin embargo, a diferencia de la AFD, que ha adaptado su retórica para encajar en la corriente política principal, algunos seguidores de Reichsbürger ignoran por completo las leyes alemanas actuales que prohíben el negacionismo del Holocausto y la difusión de propaganda nazi. El grupo está vinculado abiertamente al antisemitismo y a la difusión de teorías de conspiración antisemitas sobre el poder de las altas finanzas, así como a la negación directa del Holocausto. En marzo de 2020, la Policía alemana se apoderó de la propaganda neonazi durante las redadas en las casas de algunos miembros de Reichsbürger.

Sin embargo, el revisionismo histórico puede confundir la imagen. Aunque muchos de sus seguidores son antisemitas y glorifican el pasado colonial, el Reichsbürger no se define específicamente como un grupo de extremistas de derecha. En realidad, solo una pequeña parte del movimiento puede definirse como tal.

En esencia, el extremismo de derecha se define en gran medida como antidemocrático. Mientras que muchos Reichsbürger se niegan a respaldar la legitimidad del Estado democrático actual de Alemania, la falta de una visión unificada dentro del movimiento hace que no sea claro qué sistema preferirían, si la monarquía constitucional del káiser Wilhelm II, el experimento democrático de la Alemania de Weimar o la dictadura de la Alemania nazi.

Sin embargo, en el caso que justificó la reciente operación policial, el papel clave de Heinrich XIII implica que el objetivo era la restitución de una monarquía constitucional al estilo del régimen del káiser Wilhelm II.

NADA ANECDÓTICO

Evidentemente, algunos seguidores de Reichsbürger están empezando a participar en distintas formas de violencia política. Los últimos arrestos siguen a muchos otros incidentes. En 2016, un oficial de Policía fue asesinado durante una redada contra un miembro del grupo que mantenía una colección ilegal de armas del movimiento. En agosto de 2020, los miembros del Reichsbürger intentaron irrumpir en el parlamento alemán como parte de una protesta contra las restricciones motivadas por la pandemia.

La presencia de antiguos oficiales militares y de un exparlamentario entre los detenidos recientemente sugiere que los Reichsbürgerno carecen de influencias. La AFD ha negado durante mucho tiempo cualquier vínculo con el movimiento, pero ha evolucionado cada vez más hacia la derecha en los últimos años. Hace ya tres años el Ministerio del Interior alemán informó que había identificado algunas conexiones aisladas entre los Reichsbürger y la AFD.

Los Reichsbürger podrían ser considerados un grupo marginal, pero sus ideas claramente atraen a algunos lo suficiente como para convencerlos de que un golpe de Estado es un objetivo que vale la pena. Y los vínculos con organizaciones más influyentes los harían más peligrosos, por lo que las autoridades han tomado este asunto con toda seriedad.

* Doctoranda en Política Europea en el King’s College de Londres.

(Tomado de Sin Permiso. Traducción de Enrique García con ligeras modificaciones de Brecha,
que, además, titula la nota.)

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