Donaldo, el matrero - Semanario Brecha
Trump mantiene su dominio del Partido Republicano

Donaldo, el matrero

A Donald Trump se le multiplican tanto las tribulaciones judiciales como los competidores por la candidatura republicana. Todo ello contribuye, hasta ahora, a mantenerlo firme en la preferencia de sus seguidores.

Partidario de Donald Trump durante una capacitación de liderazgo voluntario del Equipo Trump en el Centro Comunitario de Grimes, Iowa, el 1 de junio. AFP, ANDREW CABALLERO-REYNOLDS

Trump, quien cumplirá 77 años la semana próxima, es objeto de numerosas demandas judiciales como, asimismo, de investigaciones civiles y criminales que arruinarían la imagen y abrumarían el ánimo de otras personas. En cambio, Trump sigue adelante.

En enero, un juez en Nueva York impuso una multa de 1,6 millones de dólares a la Organización Trump, condenada, un mes antes, por 17 delitos graves, incluidos fraude impositivo y falsificación de documentos empresariales. Donald Trump es el dueño de ese conglomerado de negocios que incluye bienes raíces y hoteles en Estados Unidos y en otros países. Ese mismo mes, Allen Weisselberger, de 75 años y quien fuera gerente financiero de Trump, fue condenado a cinco años de prisión por su papel en un fraude impositivo que funcionó por una década.

El 31 de marzo, el exmandatario alcanzó la distinción poco honrosa de ser el primer presidente de Estados Unidos acusado de crímenes por la Justicia, cuando un jurado investigador en Manhattan le imputó 30 cargos relacionados con supuestos pagos ilegales para mantener ocultos encuentros, también supuestos, con la actriz porno Stormy Daniels. Trump se declaró no culpable e irá a juicio.

El Departamento de Justicia ha estado investigando –y rumores hay de que es inminente la imputación de cargos– el manejo que Trump ha hecho de documentos gubernamentales clasificados como secretos, que el hombre se llevó a su residencia en Florida cuando abandonó la Casa Blanca. En el estado de Georgia continúa la investigación por parte de la Fiscalía del Condado Fulton de las gestiones que Trump hizo durante el escrutinio de votos en 2020 para modificar los resultados de manera que le dieran una mayoría en el Colegio Electoral.

En mayo, un jurado en una demanda civil en Nueva York dictaminó que Trump había incurrido en abuso y difamación de E. Jean Carroll, una mujer que ha alegado que el entonces empresario la violó en una tienda en la década del 90. El veredicto del jurado no indica que Trump violó a Carroll, sino que abusó sexualmente de ella y otorgó a la demandante una indemnización de 5 millones de dólares.

Pero Trump, quien ya en noviembre de 2022 anunció su intención de postularse para la presidencia en 2024, se presenta como víctima de persecución política y recauda de sus admiradores más fieles millones de dólares para pagar abogados y otros millones para la campaña electoral. «Es interesante», comentó el representante republicano Ken Buck, de Colorado. «Pienso que las múltiples investigaciones y demandas civiles en marcha casi dan crédito a este candidato presidencial y expresidente. Trump dice y repite que el mundo está en su contra porque él trata de cambiar las cosas.»

LOS COMPETIDORES

Hasta este miércoles, la lista de pretendientes a la postulación presidencial republicana en 2024 incluía a Trump, al menos ocho competidores que han anunciado sus intenciones y otra media docena de interesados e indecisos.

La mayor diferencia entre los competidores de Trump es el cuidado con que se presentan, a la vez, como distintos del expresidente y críticos de su figura. Todos ellos saben que no hará mucha mella en el contingente de votantes trumpistas empecinados y que, sin ofender a estos, han de ganar terreno entre el resto de los republicanos y el tercio de votantes que se identifican como independientes.

El anuncio más fresquito al escribirse esta nota era el del exvicepresidente y exgobernador de Indiana Mike Pence, de 64 años, quien se describe como «un conservador con principios» y cuya identificación como «cristiano renacido» contribuyó, en 2016, a movilizar el voto de los cristianos conservadores a favor de la candidatura de Trump. Entre algunos trumpistas y muchos republicanos, Pence tiene a su favor haber sido leal a Trump durante su gestión presidencial, aunque para la mayoría de los trumpistas es un traidor que no anuló el resultado de las elecciones de 2020 durante la asonada en el Capitolio.

Pocos días antes inició su campaña el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie, de 60 años, que ya compitió con Trump en la campaña de 2016, luego lo apoyó durante su gobierno y después de la asonada del 6 de enero de 2021 se ha convertido en su crítico. El tono distintivo de la campaña de Christie es que, hasta ahora, es el único contendiente que denuncia y enfrenta a Trump sin tapujos: «Seré claro, por si acaso no lo he sido ya: la persona de la que hablo está obsesionada con el espejo, jamás admite un error, jamás admite una falta, siempre encuentra alguien o algo a quien culpar por lo que sea que ande mal, pero encuentra todas las razones para acreditarse por cualquier cosa que salga bien. Es Donald Trump», dijo hace poco. La presencia de Christie en la contienda podría sacar de su melindre a la mayoría republicana que no se le anima al expresidente.

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, que con sus 44 años promete un relevo generacional, luce por ahora como el mayor retador de Trump y apunta su campaña a ser «trumpismo sin Trump». En gestos para ganar el voto más conservador, DeSantis se presenta como un defensor de los valores tradicionales y se ha trenzado en batalla con la Empresa Disney y la así llamada comunidad LGBTQ+. El reto inicial que encara DeSantis es hacerse conocer afuera de Florida y seguir funcionando pese a los insultos de Trump, que le ha asignado el mote  de Ron Sanctimonious, algo así como ‘Ron el Santurrón’.

El senador de Carolina del Sur, Tim Scott, de 57 años, entró a la pista en mayo con casi 22 millones de dólares en su cuenta, más dinero que sus rivales. Nieto de un peón en plantaciones de algodón e hijo de madre soltera, Scott ha descrito a Estados Unidos como «una nación en retirada» y ha prometido cambiar el curso para revivir la «cultura de grandeza».

De Carolina del Sur viene otro desafío para Trump, la exgobernadora Nikki Haley, de 51 años, la única mujer en la lista y la única de todos los competidores con experiencia internacional, ya que fue embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas en el gobierno de Trump. Haley, hija de inmigrantes sikh del Punyab, ha osado lanzar algunos ataques contra su exjefe, ha enfatizado la necesidad de una nueva generación al timón y ha propuesto exámenes obligatorios de competencia mental para los políticos mayores de 75 años.

A fines de febrero, el empresario de biotecnología Vivek Ramaswamy, de 37 años e hijo de inmigrantes de Kerala, India, proclamó su campaña con el argumento de que Estados Unidos padece una crisis de identidad causada por la pérdida de fe, el debilitamiento del patriotismo y el abandono de la meritocracia. Ramaswamy, quien ha participado regularmente en un programa de propaganda conservadora en la cadena FOX, no tiene experiencia política y a su campaña no se le ve mucho futuro.

En un retorno de la generación trumpiana, el exgobernador de Arkansas Asa Hutchinson, de 72 años, lanzó su candidatura en abril, pocos días después de que Trump fuera acusado por crímenes en Nueva York. Hutchinson opinó que el caso solo sirve para distraer la atención de los asuntos que importan realmente al país y que debería convencer a Trump de que se retire. Hutchinson se presenta como un candidato con experiencia, anti-Trump, que promete un «conservadurismo sensato y coherente».

Larry Elder, de 71 años, es abogado y tiene un programa radial de comentarios políticos. Alcanzó cierta notoriedad nacional cuando, en 2021, en su campaña para gobernador de California, prometió que abrogaría el uso obligatorio de las máscaras y las vacunas contra la covid-19. Elder perdió la elección en California y ahora busca la presidencia de Estados Unidos porque «el país está en decadencia, pero esta decadencia no es inevitable».

Glenn Youngkin, de 55 años y gobernador de Virginia, es un novato político que pasó un cuarto de siglo en la firma Carlyle de gestiones financieras y que todavía no ha anunciado si competirá o no. Aunque Youngkin administra el estado con un enfoque conservador, ha evitado el lenguaje agresivo y las pantomimas caprichosas de Trump, lo cual ha atraído la atención de donantes que buscan una alternativa al expresidente.

El gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, de 66 años, en un artículo publicado este miércoles en el diario The Wall Street Journal, hizo el anuncio más reciente de otra campaña por la candidatura presidencial. Al igual que DeSantis y Scott, el primer problema para Burgum es la recaudación de fondos que le financien el esfuerzo por hacerse conocer en todo el país.

LOS NUMERITOS

Faltan más de 200 días para que comience la temporada de caucus y elecciones primarias del Partido Republicano y más de 500 días para la elección presidencial, el 5 de noviembre de 2024. A los estadounidenses les aguarda el tormento cotidiano de encuestas, pronósticos, propaganda cada vez menos positiva y más denigrante, análisis de expertos, algún que otro escándalo personal o torpeza de algún que otro candidato.

Y comienza la danza de encuestas en dos pistas paralelas: una es la de popularidad de los aspirantes a la candidatura presidencial, dentro de su propio partido, y la otra es la de los dos candidatos presidenciales que surjan de las primarias entre todos los votantes. Una fuente práctica, que no quiere decir que sea la mejor, es RealClearPolitics, que informa casi día a día los resultados de otras varias encuestas y regularmente elabora su propio promedio –RCP– con las cifras de otras encuestas. Por ahora, a pesar de sus enredos judiciales, su discurso egocéntrico y la perspectiva de una campaña presidencial a la sombra de juicios, Trump encabeza, y de lejos, las preferencias de los republicanos. En todas las encuestas realizadas en diferentes estados y citadas por RealClearPolitics, el expresidente lleva una ventaja de al menos 20 y hasta 45 puntos porcentuales sobre su competidor más cercano, el floridiano DeSantis, y en el promedio nacional RCP la ventaja de Trump sobre DeSantis es de 30,8 puntos porcentuales. Muy a la zaga de DeSantis aparecen la exgobernadora Haley y el exvicepresidente Pence, en tanto que otros aspirantes a la candidatura casi no registran en el opinómetro de RCP.

Otra fuente de información sobre diferentes encuestas la ofrece FiveThirtyEight. Una de esas encuestas, la de Morning Consult, muestra a Trump con el 56 por ciento de apoyo de los posibles votantes en las primarias republicanas y a DeSantis con el 22 por ciento. Ningún otro de los tantos aspirantes a la candidatura se acerca siquiera al segundón DeSantis en las preferencias de los republicanos.

Estas cifras sugieren la posibilidad de que cuantos más sean los aspirantes, mejor lucen las probabilidades de que Trump salga triunfador, tal como lo hizo en 2016. La multiplicación de la oposición a Trump, con los variados matices de cada competidor, fragmenta esa oposición. En la temporada de primarias, gradualmente irán quedando por el camino algunos de los contendientes, y la única posibilidad de quitarle el trofeo a Trump será si sus adversarios finalmente se coaligan en apoyo de un solo rival.

Si finalmente Donald J. Trump es el candidato presidencial del Partido Republicano, su rival será el demócrata Joe Biden, quien para la fecha de las elecciones estará cerca de cumplir 81. En más de dos años de gobierno, la popularidad de Biden no ha logrado superar la marca del 45 por ciento de aprobación ciudadana, y los demócratas no lucen muy entusiasmados con su candidatura.

Las distintas encuestas a nivel nacional citadas por RealClearPolitics muestran pocos puntos de ventaja para Biden o para Trump, pero el promedio RCP indica que, si las elecciones fuesen ahora, Trump llegaría con una ventaja de 1,8 puntos porcentuales, lo que cae dentro del margen de error en las encuestas. Una vez más, para cansancio de los estadounidenses y el hastío del resto del mundo, el panorama político de Estados Unidos luce centrado en lo que haga o le ocurra a Trump.

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