Hay dos nidos de hornero encima de los 13 canteros del invernadero sostenido por postes de unos 15 centímetros de diámetro. Según Cayetano Milesi –Caye–, productor y anfitrión del recorrido, los nidos son señal de que en su predio no se emplea ningún agroquímico, de que su producción es orgánica. Mientras enumera, no sin cierto orgullo, las variedades de lechuga que allí crecen y menciona al pasar las especies de hierbas aromáticas. La enumeración lleva 15 minutos y no hay focos de luz dentro.
Pese a que Caye intentó, antes de colocarse en el rol de anfitrión, enterrar en el único pedazo de tierra que está al descubierto algunos plantines, el tiempo voló y las visitas llegaron. Al menos eso dicen sus manos manchadas de tierra, y así también lo creyó Santiago Caggiani, secretario técnico de...
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