Tras un fuerte cuestionamiento de la senadora Constanza Moreira (MPP) a los criterios de discusión interna del Frente Amplio, la presidenta de la coalición, senadora Mónica Xavier (PS), sugestivamente amplificó algunas de las críticas. Ambas coinciden en que la dirección del FA ha dejado de debatir algunos temas, ha postergado el tratamiento de varios puntos programáticos, y específicamente estiman que debe analizarse la conveniencia o no de renovar la participación de Uruguay en la misión de paz en Haití.
Moreira define el problema principal como la reiteración de un “incrementalismo” que reduce las potencialidades transformadoras del presupuesto nacional y que se evidencia, particularmente, en el favoritismo que cosecha el Ministerio de Defensa Nacional (MDN). Xavier, en tanto, pone el acento en la ausencia de políticas ambientales.
En una carta dirigida a la Mesa Política del FA, la senadora del MPP subrayó los “debe” de la coalición en temas vinculados a las Fuerzas Armadas, que habían sido acordados para el programa de 2008; propuso “la creación de grupos de discusión para analizar los temas pendientes de cara a la elaboración programática para 2014; el ajuste entre compromiso programático y acciones de gobierno; y las misiones militares de Uruguay en el exterior (dado que se avecina la renovación de nuestra presencia en la Minustah)”.
En principio la reacción de la Mesa Política a la propuesta de discusión fue decepcionante; tal como relató a La Diaria en una entrevista, “una compañera de Asamblea Uruguay me dijo: ‘¿Tú estás en esta Mesa Política a título de qué?’. Es como decirte: si no venís con la posición de tu partido, acá no sos nada. Ya es como una descalificación”. Aunque advirtió que Xavier alentó la discusión sobre proyectos programáticos referidos al presupuesto de las Fuerzas Armadas, Moreira consignó su percepción de que a niveles de dirección lo que prevalece es el “acá no se discute”: “Se supone que hicimos una campaña para que el FA fuera un lugar más amigable, pero en los hechos vos llegás a un lugar donde se cierra una puerta y otra, en lugar de abrirse”.
Sorpresivamente, la presidenta del FA avaló en parte las críticas de Moreira, al admitir, durante una charla organizada por la CAP-L el martes 30, que “nos ha ganado una importante parálisis”, que el FA “dejó de debatir internamente algunos temas” y que existe en la coalición “una cultura del secretismo que hay que ir quebrando”.
Aunque en solitario, la senadora del MPP ha arremetido contra el privilegio del MDN en el presupuesto nacional, y ha sugerido que algunos incrementos salariales y otras disposiciones presupuestales (como la partida para un comando antiterrorista “que tiene 80 personas y se dedica al rescate de rehenes en un país donde nunca se rescata ningún rehén”) pueden ser producto de una presión corporativa. “A mí me preocupa que sea el MDN el que conduzca a las Fuerzas Armadas, lo que no quiero es que el MDN termine siendo conducido por las Fuerzas Armadas”, opinó a La Diaria. Es exactamente lo que pasó con unos cursos dictados en Miami, en la sede del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos, a los que los mandos del Ejército uruguayo habían decidido asistir sin solicitar la aprobación del ministerio (véase Brecha, 12-X-12).
En particular, Moreira y Xavier coinciden en que es necesario rediscutir la participación de Uruguay en las misiones de paz de la ONU, y en especial la de Haití: ambas senadoras sostuvieron dicha postura antes de que trascendieran las nuevas acusaciones sobre delitos sexuales cometidos por personal militar uruguayo en República Dominicana (véase recuadro).
Para Constanza Moreira el papel de Uruguay en Haití es el de “un ejército de ocupación”. Esta opinión recordó la expuesta por el socialista Guillermo Chifflet, quien renunció a su banca en 2005 por discrepar con la política de defensa del gobierno.
“¿No será el momento en que nos tengamos que empezar a retirar ¿Qué estamos haciendo en Haití?, se preguntó Moreira. En su carta a la Mesa Política la senadora recordó que en el programa del FA se había acordado el retiro sistemático de las tropas de Uruguay de la Minustah y su sustitución por otro tipo de ayuda: “No solamente –escribió– no reducimos el número de efectivos (son alrededor de 1.200, el segundo en importancia después de Brasil), y ni siquiera luego del pasaje a la justicia por la violación del joven haitiano hemos considerado la reducción sistemática de tropas. De hecho, se votó un ‘aumento’ de sueldo a los militares en misiones de paz en la última rendición de cuentas”.
De todos los puntos que incluía el programa del FA de 2008 referidos al MDN y a las Fuerzas Armadas, Moreira subraya que el gobierno está en debe (además de en la reducción de los efectivos en Haití) en los siguientes temas:
“● La elaboración de una nueva ley orgánica de las Fuerzas Armadas (y consecuentemente, la reforma de la Caja Militar).
● Funciones propias del Ministerio del Interior que están en manos de las Fuerzas Armadas: por ejemplo, el Comando Antiterrorista para el que se solicitó refuerzo presupuestal en esta rendición de cuentas.
● Revisión del rol y alcance de la justicia militar, a la luz de los últimos sucesos vinculados a prácticas de entrenamiento e instrucción, reñidas con los derechos humanos (se refiere al pasaje a la justicia civil de al menos dos casos en lo que va del período, incluyendo el del joven haitiano).
● Retiro paulatino, sistemático y con un plan de implementación de todo lo que está en jurisdicción de las Fuerzas Armadas y debería estar en la órbita civil. Sólo se avanzó con Meteorología, pero el pasaje (al Ministerio de Vivienda) aún no se ha concretado, habiéndose prorrogado por dos veces consecutivas el plazo de vencimiento, y estando ahora a la aprobación de una ley que crea una comisión que defina su destino y se expida en febrero de 2013.
● Retiro sistemático de las tropas de Uruguay de la Minustah y sustitución por otro tipo de ayuda.
● Adecuación del gasto y número de efectivos, impidiendo que se produzca desocupación. Se han producido ya 2 mil vacantes, pero las Fuerzas Armadas las usaron para subirse sus sueldos (se explica más abajo), y han solicitado, además, incremento presupuestal, el cual les ha sido concedido.»
Buena parte de la carta detalla lo que escribió en Brecha (12-X-12), la manera como, utilizando el dinero de las vacantes, el MDN procedió a aumentos de sueldos para el personal superior y subalterno, que implicó aumentos sustancialmente superiores a los percibidos por el resto de los funcionarios públicos.
Al proponer que se adopten decisiones para que en la próxima rendición de cuentas no se reitere el uso de partidas presupuestales de sueldos vacantes, Moreira planteó, además, “revisar y discutir los programas educativos en las Fuerzas Armadas, así como las condiciones en las que se verifica la instrucción de los jóvenes cadetes. Debemos, como Frente Amplio, darnos la más amplia discusión sobre esto”.
Nueva denuncia contra la Minustah
La pista dominicana
“¿Cómo es posible que se repitan estas cosas?”, preguntó entre indignado y azorado un parroquiano que miraba las noticias en un televisor de un café céntrico. El informativo consignaba la disposición de las autoridades gubernamentales de “investigar a fondo” la denuncia formulada ante la ONU por el gobierno de República Dominicana que involucra en delitos sexuales a militares uruguayos estacionados en Haití.
La respuesta, simple, debería eliminar el azoramiento (no la indignación): la conducta de las tropas uruguayas en “misiones de paz” está en sintonía con las señales emitidas durante 25 años por el poder político. ¿Qué conducta puede esperarse de soldados autorizados para imponerse sobre la población civil cuando el ejercicio de justicia en materia de delitos de lesa humanidad debe sortear todo tipo de obstáculos?
El caso del joven haitiano agredido sexualmente por militares uruguayos de la Minustah (la fuerza de paz de la ONU en Haití) fue tomado, pese a los indicios, como un caso aislado. Pero el argumento se vino abajo con la nueva denuncia, gravísima. Las primeras referencias al tema, una vez que el organismo de la ONU que dirige las misiones de paz recibió la correspondiente denuncia de República Dominicana, hablaron de una decisión de investigar a fondo nuevos presuntos casos de violaciones.
Según relataron a Brecha fuentes de la cancillería, la información recibida en las esferas gubernamentales indicaba que militares uruguayos de la Minustah habitualmente cruzaban la frontera, se internaban en territorio dominicano (lo que, por su condición de militares es de una gravedad extrema) y en la ciudad de Dajabon, en la provincia del mismo nombre, alternaban con prostitutas para eludir la prohibición de tener relaciones sexuales con haitianas. Con el tiempo, según las fuentes consultadas, se creó un polo de explotación sexual con adolescentes menores de edad, que en algunos casos ya eran prostitutas y en otros habrían sido inducidas a la prostitución. El nuevo episodio, que multiplica el problema de la conducta de las tropas en Haití, ocurre en momentos en que el Parlamento debe discutir la renovación de la participación uruguaya en la Minustah.