La fuga del coronel Gilberto Vázquez del Hospital Militar en junio de 2006 –que dio lugar a la formación del tribunal de honor– es una secuela de los intentos del entonces presidente, Tabaré Vázquez, y de su secretario de la Presidencia, Gonzalo Fernández, de negociar con los terroristas de Estado la información que pudiera facilitar la ubicación de los restos de los detenidos desaparecidos. Así como no prosperó el pedido presidencial –formulado por intermedio de tres generales– para que los oficiales involucrados en delitos de la dictadura aportaran la información, también fracasó la intermediación «oficiosa» del secretario de Presidencia para que los que habían enterrado a los desaparecidos «entregaran algunos huesitos» a cambio de una solución jurídica. Igual resultado tuvieron las gest...
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