El negocio de la enfermedad: fraudes, mentiras y sobornos - Semanario Brecha

El negocio de la enfermedad: fraudes, mentiras y sobornos

La big pharma reúne a nueve de las 100 compañías de mayor ingreso de todo el mundo. Su volumen de negocios crece año tras año y constituye hoy el décimo mercado mundial.1 Sus métodos de expansión de mercado incluyen el fraude, la corrupción, el ocultamiento y la mentira en relación con la utilidad, la seguridad y la eficacia de sus productos. Es el tema de esta nota. Consigno aquí únicamente hechos comprobados, oficialmente sancionados y publicitados. He seleccionado a dos farmacéuticas para examinar con mayor detenimiento: Purdue Pharma y Pfizer. La primera está involucrada en la grave epidemia de drogadicción y muerte por sobredosis de opioides que padece Estados Unidos desde hace más de 20 años; la segunda, cuyo valor de mercado es el mayor del sector, es también imbatible en el terreno del engaño y el soborno. Pero estas dos empresas no constituyen la excepción: las prácticas ilegales y tramposas campean en la próspera industria del medicamento. Para ilustrarlo, enumeraré brevemente algunos enredos de Merck, Roche, Eli Lilly, Astrazeneca, Novartis, Glaxo, Johnson and Johnson y Abbott.

ADICCIÓN, SOBREDOSIS Y MUERTE

En 1995, la farmacéutica Purdue Pharma lanzaba al mercado el Oxycontin –nombre comercial de la oxicodona–, un potente analgésico para pacientes con dolor tanto moderado como intenso. Pero sucede que esta droga es un primo químico de la heroína, con similares propiedades adictivas y, hasta entonces, los médicos se resistían a prescribir opioides, salvo en casos de cáncer avanzado y pacientes terminales. El mercado para la nueva droga dependía por entero de un cambio en la cultura médica: la mala prensa de los opioides debía ser vencida, había que desterrar a toda costa el estigma que tenían. Para esto, Purdue Pharma pagó a investigadores para que «demostraran» cuán exageradas eran las preocupaciones respecto del peligro de los opioides, desplegó una agresiva campaña de marketing, financió conferencistas y pagó a un médico muy prestigioso para que denunciara la «opiofobia» reinante entre sus colegas, desestimando el problema de la adicción como un mito médico. Los agentes de ventas de la farmacéutica fueron incentivados con bonos, premios en efectivo y vacaciones lujosas, y el gasto anual de publicidad en revistas médicas de Purdue Pharma pasó de 700 mil dólares en 1996 a 4,6 millones en 2001.

La campaña se vio coronada por un éxito espectacular. En 1997, a escasos dos años de su lanzamiento, los médicos ya habían recetado el Oxycontin más de 670 mil veces para dolores no relacionados al cáncer. Cinco años más tarde, el número de recetas se multiplicó por más de nueve, llegando a los 6,2 millones. En 1997, la Academia Estadounidense de Medicina del Dolor y la Sociedad Estadounidense del Dolor sugerían el uso de opioides para tratar el dolor crónico. El comité encargado de la redacción del comunicado estaba presidido por el doctor J. David Haddox; más tarde se supo que había sido pagado por Purdue Pharma. Millones de pacientes encontraron un alivio fantástico para dolores insoportables, aunque pronto la pastilla mágica mostró su lado oscuro: «Desde 1999, 200 mil estadounidenses han muerto por sobredosis relacionadas con Oxycontin y otros opioides recetados. Muchos adictos que consideran que los analgésicos recetados son demasiado caros o demasiado difíciles de obtener han recurrido a la heroína. Según la Sociedad Estadounidense de Medicina de la Adicción, cuatro de cada cinco personas que prueban la heroína en la actualidad comenzaron con analgésicos recetados. Las cifras más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades sugieren que 145 estadounidenses mueren todos los días por sobredosis de opioides».2

Recientemente fueron develados memorandos altamente confidenciales de la empresa. En ellos se exponen paso a paso los detalles de la estrategia de ocultamiento y propaganda mentirosa cuidadosamente diseñada con la que Purdue Pharma logró cambiar la cultura de la prescripción de opioides.3 Un informe confidencial del Departamento de Justicia de Estados Unidos determinó que Purdue Pharma estaba en conocimiento de la distribución ilegal de la droga; las pastillas eran aplastadas y esnifadas como potente narcótico.4 Desde 2018, la farmacéutica enfrenta 14 demandas estatales y cientos de otras presentadas por municipalidades. En una de ellas, a cargo del alcalde de Everett, estado de Washington, se acusó a Purdue Pharma de facilitar la disponibilidad de su droga en farmacias que violaban las normas de distribución, así como también en el mercado negro y en las redes de narcotráfico, lo que, por añadidura, incrementó el uso de la heroína y otros opioides.5 En 2007, tres de sus ejecutivos fueron declarados culpables de cargos criminales y la compañía debió pagar más de 600 millones de dólares (poca cosa para Purdue Pharma: según los informes, la droga le redituó unos 35.000 millones de dólares). Recientemente, la farmacéutica ofrece un arreglo con los miles de demandantes estatales, municipales y particulares, por el cual pagaría 4.280 millones de dólares a estados, ayuntamientos y particulares.6

La actuación criminal de los fabricantes de Oxycontin, acicateados por una sed de lucro sin límites éticos, ha quedado ampliamente comprobada. Ante tal avalancha de demandas, a la compañía le pareció más rentable declararse culpable. A continuación nos ocuparemos de Pfizer, la primera farmacéutica en el mundo y probablemente también la que ostenta los mayores galardones en materia de fraude y propaganda falaz.

EL IMPERIO DE LA MANIPULACIÓN

El piroxicam es un antiinflamatorio específico para la artritis reumatoide. En los años noventa, Pfizer impulsaba una agresiva promoción del Feldene –nombre comercial de su piroxicam– con excelentes resultados de venta, aunque a costa del engaño. La farmacéutica trató de vender Feldene a dosis muy altas, a sabiendas de que la droga tiene una vida media muy larga, los mecanismos de eliminación de los pacientes de edad son muy lentos y cuanta mayor concentración de antiinflamatorio en la sangre, tanto mayor el riesgo de los efectos adversos.7 Pfizer estaba en conocimiento de todo esto y lo ocultó. Asimismo, anunció en su propaganda que el piroxam tenía menos efectos secundarios gastrointestinales que otros antiinflamatorios de su tipo, cuando, en realidad, se ha comprobado que provoca un mayor número de efectos letales que los demás.8 La poderosa farmacéutica intentó impedir la publicación, en la revista British Medical Journal, de un artículo que concluía que el piroxicam se relacionaba con una alta incidencia de enfermedades ulcerosas graves y acarreaba mayores efectos secundarios. Pero las evidencias científicas eran contundentes, y finalmente dicha investigación vio la luz pública.9

En 2004, Pfizer aceptó declararse culpable de las acusaciones de promoción fraudulenta de su antiepiléptico Neurontin y tuvo que pagar 430 millones de dólares: relativamente poco dinero, ya que el año anterior había embolsado 2.700 millones de dólares con las ventas de ese fármaco.10 Cinco años más tarde, la farmacéutica aceptaba un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos por 2.300 millones de dólares.11 ¿La razón? Ante evidencias incontrovertibles, Pfizer debió declararse culpable del mal etiquetado de fármacos «con intención defraudadora o engañosa». Se trataba de los fármacos Bextra (para la artritis), Geodon (antipsicótico), Zyvox (antibiótico) y Lyrica (antiepiléptico). La farmacéutica había pagado sobornos a médicos para que recetaran estas drogas. El Bextra fue retirado del mercado en 2005 debido a la comprobación de que aumentaba el riesgo de accidentes cardiovasculares.12 El antibiótico Zyvox era ocho veces más caro que la vancomicina, esta última de calidad superior, según reconoció la propia Pfizer, lo que no le impidió mentir a los médicos afirmando lo contrario.13 Pfizer firmó un acuerdo de integridad corporativa con el Departamento de Sanidad de Estados Unidos según el cual se comprometía a actuar correctamente durante los siguientes cinco años. Pero este no era el primero, sino el cuarto acuerdo de similar tenor,14 por lo que ya venía incumpliendo tales promesas.

Peter Rost, exvicepresidente de marketing de Pfizer, se convirtió en denunciante luego de que la empresa hiciera oídos sordos a sus quejas respecto de las campañas propagandísticas fraudulentas. Rost, que equipara a la big pharma con la mafia, publicó un explosivo libro testimonial sobre el asunto bajo el título El denunciante: confesiones de un asesino a sueldo de la atención médica. Se vendieron todos los ejemplares el primer día de venta. La farmacéutica acudió a los tribunales intentando frenar la difusión del libro y el acceso del público a los documentos allí citados, pero no pudo con la contundencia del testimonio.15

En 2002 se llevó a cabo el mayor ensayo clínico independiente para la hipertensión arterial con más de 33 mil pacientes, con el objeto de comparar cuatro fármacos: la doxazosina y el amlodipino (ambos de Pfizer), el lisinopril y la clortalidona (este último un diurético).16 Este estudio demostró que el mejor de los cuatro fármacos era el más barato: el diurético. Asimismo, quedó en evidencia que el uso de la doxazosina y del amlodipino –los más caros– supondrían un sobrecosto de entre 8.000 y 10.000 millones de dólares, ningún beneficio para los pacientes y, en algunos casos, mayores riesgos. Se celebró en California un multitudinario congreso médico en el que se presentaban los resultados de este estudio. Pfizer programó una excursión para ese día e invitó a todos los médicos congresistas, asegurándose de que ninguno estuviera presente en sala en el momento de la presentación del estudio.17 Al año siguiente fue publicada una investigación sobre el amlodipino de Pfizer, el fármaco para la hipertensión arterial más vendido en Noruega, a un precio diez veces superior al de un diurético y sin que existieran pruebas de su efecto preventivo en enfermedades cardíacas. La investigación concluye: «Se podrían ahorrar millones de dólares cada año si se prescribieran tiazidas [diuréticos] para la hipertensión en lugar de medicamentos más costosos. Nuestros cálculos se basan en supuestos conservadores. Es probable que el potencial de ahorro sea considerablemente mayor, pudiendo superar los 1.000 millones de dólares al año en Estados Unidos».18

MÁS Y MÁS FRAUDE

El historial de engaño, ocultamiento y corrupción de las farmacéuticas listadas a continuación es mucho más extenso de lo que aquí señalaremos a título indicativo y está profusamente documentado en el libro de Gøtzsche ya citado (lo mismo vale para Purdue Pharma y Pfizer).

En 2004, Merck retiró voluntariamente su fármaco Voxx contra la artritis. Esta droga aumentaba el riesgo de padecer trombosis, lo que estaba en conocimiento de la farmacéutica desde años atrás; esta había manipulado los exámenes clínicos que lo demostraban. En 2007, un jurado consideró que la conducta de la farmacéutica había sido «maliciosa, opresiva e indignante» y la declaró culpable de cuatro cargos de fraude por la promoción del Voxx.19 Ese mismo año, Merck fue condenada a pagar 670 millones de dólares por fraude a Medicaid, el programa del gobierno estadounidense de subvención de costos de salud a personas de bajos ingresos. Merck no había pagado los reembolsos adeudados a Medicaid y, además, sobornó a médicos y a hospitales para que recetaran sus fármacos.20

La llamada gripe porcina, de 2009, desató una alarma mundial que luego se reveló injustificada. Pero el temor generalizado posibilitó que Roche, fabricante de Tamiflu –nombre comercial del oseltamivir–, consiguiera el aval de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para su uso, que supuestamente debía prevenir la infección. Las investigaciones subsiguientes concluyeron que el uso de la droga no disminuía la transmisión del virus y que los fabricantes habían ocultado a sabiendas sus importantes efectos adversos en materia de eventos neuropsiquiátricos, hepatitis, problemas renales, depresión, alteración del comportamiento e impulsos suicidas, entre muchos otros. Luego se supo que los principales científicos asesores de la OMS sobre la planificación para la pandemia habían sido remunerados por las farmacéuticas, que embolsaron fortunas gracias al pánico creado en torno a un virus que cobró menos víctimas que la gripe estacional. Entre 1999 y 2014, el Tamiflu le reportó a Roche más de 18.000 millones de dólares. La megaempresa, que ha logrado evadir las demandas en su contra, no desembolsó un solo dólar luego de desenmascarado el fraude.21

En 2009, la farmacéutica Eli Lilly debió pagar más de 1.400 millones de dólares por marketing ilegal. Se trataba de la promoción de su antipsicótico Zyprexa para una cantidad de usos no aprobados. Las ventas de la droga entre 1996 y 2009 le habían reportado 40.000 millones de dólares.22

En 2010, Astrazeneca fue acusada de fraude por la promoción ilegal del antipsicótico Seroquel, recetado en niños, ancianos, veteranos de guerra y prisioneros, para usos no aprobados por la institución reguladora estadounidense Food and Drug Administration (FDA).23 Para ello habían sobornado a numerosos médicos y a otros les habían pagado vacaciones caras en complejos turísticos para convencerlos de que prescribieran el Seroquel. La farmacéutica debió pagar 520 millones de dólares; el año anterior, estas ventas ilegales le habían redituado 4.900 millones.

También en 2010, Novartis hacía un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos por 423 millones de dólares, debido a la promoción ilegal del antiepiléptico Trileptal, que la farmacéutica propagandeaba fraudulentamente para uso psiquiátrico y analgésico. Por medio de este acuerdo quedaron canceladas otras denuncias de soborno al personal sanitario para recetar esa y otras drogas de su fabricación, una de las cuales había sido retirada del mercado por la FDA debido a su toxicidad cardiovascular.24

En 2011, Glaxo se declaró culpable de promocionar ilegalmente diversos fármacos para usos no aprobados: antidepresivos, antiepilépticos, un fármaco para el tratamiento de la diabetes y otro para el asma.25 Un año antes, el vicepresidente de la farmacéutica ya había sido acusado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos de hacer declaraciones falsas, obstruir investigaciones federales y ocultar documentos incriminatorios.26 La farmacéutica debió pagar 3.000 millones de dólares, el mayor acuerdo por fraude en la historia.

En 2012, Johnson and Johnson fue multada con 1.100 millones de dólares por ocultar los peligros asociados a su antipsicótico Risperdal. Entre los efectos potenciales del fármaco figuraban infartos cardiovasculares, crisis epilépticas, aumento de peso, diabetes y muerte.27

También en 2012, la farmacéutica Abbott fue condenada a pagar 1.500 millones de dólares por fraude a Medicaid, debido a la comercialización ilegal de su antiepiléptico Depakote. Se demostró que la empresa hizo declaraciones falsas y engañosas sobre la seguridad, la dosificación y la eficacia de la droga para usos no aprobados y sobornó a médicos y a personal sanitario, entre otros delitos.28

***

Las evidencias criminales aquí reseñadas, de por sí abrumadoras, probablemente constituyan apenas la parte visible del iceberg. Quisiéramos mirar para otro lado y confiar en esa miríada de pastillitas multicolores que prometen curarnos para siempre, desterrar dolores, colmarnos de bienestar y felicidad. Quisiéramos estar seguros de que si «me lo recetó el doctor», el mal se disipará sin dejar rastros. Pero no hay más remedio –valga la expresión– que reconocerlo: hemos sido expulsados de ese paraíso sin boleto de retorno y debemos lidiar con su majestad el lucro en lo que compete a nuestra salud.

En esta nota nos hemos ocupado exclusivamente del lado oscuro de la luna. Pero la esperanza es lo último que se pierde, y tenemos todo el derecho de aspirar a un mundo en el que la enfermedad no sea un negocio y en el que el sistema sanitario tenga como único propósito la salud del paciente.

* Doctor en Ciencias Sociales.

1. «El “farma”, un negocio de 1,5 billones de euros en el “top” diez global de las industrias», Planta Doce, 16-V-19: https://www.plantadoce.com/entorno/la-industria-farma-un-mercado-que-genera-mas-riqueza-que-espana.html.

2. «The Family That Built an Empire of Pain», The New Yorker, 23 de octubre de 2017: https://www.newyorker.com/magazine/2017/10/30/the-family-that-built-an-empire-of-pain.

3. «The history of Oxycontin, told through unsealed Purdue documents», Stat, 3-XII-19: https://www.statnews.com/2019/12/03/oxycontin-history-told-through-purdue-pharma-documents/.

4. «Origins of an Epidemic: Purdue Pharma Knew Its Opioids Were Widely Abused», The New York Times, 29-V-18: https://www.nytimes.com/2018/05/29/health/purdue-opioids-oxycontin.html.

5. «Oxycontin y la epidemia de opioides», Ethics Unwrapped, s. f.: https://ethicsunwrapped.utexas.edu/video/oxycontin-the-opioid-epidemic?lang=es.

6. «Purdue Pharma ofrece un acuerdo para zanjar las demandas por el opiáceo que provocó una epidemia de adicciones en Estados Unidos», El País (de Madrid), 16-III-21: https://elpais.com/sociedad/2021-03-16/purdue-pharma-ofrece-un-acuerdo-para-zanjar-las-demandas-por-el-opiaceo-que-provoco-una-epidemia-de-adicciones-en-estados-unidos.html.

7. Gøtzsche, P., «Review of dose-response studies of NSAIDs in rheumatoid arthritis», Dan Med Bull. 1989 Sep; 36(4):395-9. PMID: 2680311.

8. Gøtzsche, P. (2014): Medicamentos que matan y crimen organizado. Los Libros del Lince, Barcelona, pág. 51.

9. Henry, D.; Lim, L. L.; García Rodríguez, L. A., et al., «Variabilidad en el riesgo de complicaciones gastrointestinales con fármacos antiinflamatorios no esteroides individuales: resultados de un metanálisis colaborativo», BMJ. 1996; 312 (7046): 1563-1566. doi: 10.1136 / bmj.312.7046.1563.

10. «Huge penalty in drug fraud / Pfizer settles felony case in Neurontin off-label promotion», Sfgate, 14-V-04: https://www.sfgate.com/business/article/Huge-penalty-in-drug-fraud-Pfizer-settles-2759293.php.

11. «Multa récord para Pfizer», BBC, 2-IX-09: https://www.bbc.com/mundo/economia/2009/09/090902_1730multapfizer.

12. «New restrictions on celecoxib (Celebrex) use and the withdrawal of valdecoxib (Bextra)», Cmaj, 10-V-05: https://www.cmaj.ca/content/172/10/1299.

13. Evans, D., «Big Pharma’s crime spree», Bloomberg Markets, XII-09: http://www.drlucire.com/uploads/4/0/2/1/40210161/big_pharma’s_crime_spree.pdf.

14. «Pfizer pays record fine for off-label promotion of four drugs», BMJ, II-09: https://www.researchgate.net/publication/26799362_Pfizer_pays_record_fine_for_off-label_promotion_of_four_drugs.

15. «Pfizer Goes to Court to Stop “The Whistleblower. Confessions of a Healthcare Hitman”», Cision, 19-IX-06: http://www.prweb.com/releases/2006/09/prweb439408.htm.

16. «Major outcomes in high-risk hypertensive patients randomized to angiotensin-converting enzyme inhibitor or calcium channel blocker vs diuretic: The Antihypertensive and Lipid-Lowering Treatment to Prevent Heart Attack Trial (ALLHAT)», Jama, 18-XII-02: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/12479763/.

17. «Spin doctors soft pedal data on antihypertensives», BMJ, 18-I-03: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1128917/.

18. «The potential savings of using thiazides as the first choice antihypertensive drug: cost-minimisation analysis», BMC, 8-IX-03: https://bmchealthservres.biomedcentral.com/articles/10.1186/1472-6963-3-18.

19. «Merck appeals rofecoxib verdict», Thebmj, 22-III-07: https://www.bmj.com/content/334/7594/607.1.full.

20. «Merck Takes $670 Million Hit for Overcharging Medicaid (Pharmalot)», FDA News, 3-XII-07: https://www.fdanews.com/articles/101828-pharma-and-device-blog-watch.

21. Graña, F. «Las pandemias de nuestro siglo», Brecha, 23-VII-21.

22. «$1.4 Billion Settlement», Sheller, s. f.: http://sheller.com/1-4-billion-settlement-eli-lilly-zyprexa/.

23. «Drug Giant AstraZeneca to Pay $520 Million to Settle Fraud Case», ABC News, 27-IV-10: https://abcnews.go.com/Politics/Health/astrazeneca-pay-520-million-illegally-marketing-seroquel-schizophrenia/story?id=10488647.

24. «Novartis Pharmaceuticals Corp. to Pay More Than $420 Million to Resolve Off-label Promotion and Kickback Allegations», The United States Department of Justice, 30-IX-10: https://www.justice.gov/opa/pr/novartis-pharmaceuticals-corp-pay-more-420-million-resolve-label-promotion-and-kickback.

25. «Glaxos Agree to pay 3-billion in Fraud Settlement», The New York Times, 3-VII-07: https://www.nytimes.com/2012/07/03/business/glaxosmithkline-agrees-to-pay-3-billion-in-fraud-settlement.html.

26. «Former Glaxo Executive Is Charger in Drug Fraud», The New York Times, 10-XI-10: https://www.nytimes.com/2010/11/10/health/10glaxo.html.

27. «Ark. judge fines Johnson & Johnson more than 1.1 B, in Risperdal case», CBS News, 11-IV-12: https://www.cbsnews.com/news/ark-judge-fines-johnson-johnson-more-than-11b-in-risperdal-case/.

28. «Abbott Labs to Pay $1.5 Billion to Resolve Criminal & Civil Investigations of Off-label Promotion of Depakote», The United States Department of Justice, 7-V-12: https://www.justice.gov/opa/pr/abbott-labs-pay-15-billion-resolve-criminal-civil-investigations-label-promotion-depakote.

Artículos relacionados

Sobre la iniciativa para modificar la reglamentación de la investigación clínica en Uruguay

Entretelones de la investigación científica

LA TERCERA DOSIS Y LA DISPARIDAD MUNDIAL EN EL ACCESO A LAS VACUNAS

¿A quién beneficia que el virus mute?

La propiedad intelectual como obstáculo para terminar con la pandemia

Es urgente liberar las patentes