Les escribo para hacer algunas apreciaciones sobre el artículo “Mano dura y plomo” publicado en la edición del 14-VI-19. Allí se relata con cierto detalle la evolución del tratamiento de la plombemia en Uruguay, englobando dentro de ese término a todas las situaciones de contaminación por plomo, ya sean en humanos o en el ambiente. El artículo correctamente asevera que el problema no se ha extinguido, y más aun, nosotros podemos agregar que el problema no se va a extinguir, ni en Uruguay ni en el mundo. Es que las fuentes de plomo son diversas y muy extendidas, y, en la situación actual, su diseminación es casi imposible de controlar.
A nivel mundial, la forma de control del plomo incluye una legislación adecuada que contemple el monitoreo de los principales focos de contaminación (el plomo de los combustibles, baterías y pinturas), sumado a una legislación laboral que controle a los trabajadores expuestos a este contaminante. Una vez cumplidos estos aspectos, las siguientes etapas consisten en el cumplimiento cabal de las mencionadas normas (incluyendo acciones punitivas por su incumplimiento), la detección de nuevos focos de contaminación y la educación de la población para evitar la contaminación, principalmente en sus hogares.
Desde el punto de vista de los avances en materia de legislación, Uruguay ha cumplido con la redacción de normas adecuadas. Más aun, su legislación en materia de control de pinturas ha demostrado ser muy efectiva, y es uno de los 71 países en el mundo (37 por ciento) que posee este tipo de legislación, aún ausente en varios países de América Latina, África y, aunque cueste creerlo, Japón. En estos momentos, la Organización Panamericana de la Salud se encuentra visitando aquellos países que carecen de esta legislación para promover su aplicación como primera y elemental medida de protección.
Como bien indica el artículo, en Uruguay, el tema se ha trabajado en diferentes organismos, incluidas la Intendencia de Montevideo (IM), que llevó a cabo la remediación de suelos contaminados, y la Udelar, con sólidos equipos de investigación en las facultades de Química y Medicina que aportan conocimiento básico sobre la evolución de la plombemia en niños y trabajadores. Los aspectos relacionados con la bioquímica de la contaminación por plomo son bien conocidos, y la atención de niños en las Unidades Pediátricas Ambientales de Asse tiene protocolizadas sus intervenciones.
En la actualidad, Uruguay y el mundo enfrentan nuevos desafíos relacionados con aspectos estrictamente técnicos. Por un lado, los mínimos admitidos sugeridos por la Organización Mundial de la Salud están en niveles tan bajos que exigen a las técnicas analíticas más exigentes una constante revisión. Por otro lado, es necesario contar con técnicas descentralizables (realizables fuera de los laboratorios centralizados), que permitan una evaluación rápida pero certera de la presencia de plomo en diferentes ambientes. El número de muestras, debido a la amplia diseminación del contaminante, sería muy alto, por lo que las nuevas metodologías deben ser necesariamente económicas.
En los últimos años, en la Facultad de Ciencias, a través del Laboratorio de Biomateriales, hemos trabajado en el desarrollo de sistemas de detección económicos y confiables que permitan inspecciones masivas. Se ha hecho con el apoyo sostenido de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (Csic, Udelar) y de la Anii, a través de sendos proyectos financiados dentro de sus convocatorias de inclusión social e innovación inclusiva respectivamente, y también del Ministerio de Salud Pública (Msp). Estos métodos permitirían cumplir con los sistemas de detección de plomo en diversos ambientes (incluidos los hogares), de manera de llevar a cabo acciones inmediatas de remediación, así como el pase de los menores a la atención por las Unidades Pediátricas Ambientales. A finales de 2018 se llevó a cabo una experiencia piloto conjunta entre la Facultad de Ciencias, el Ministerio de Industria y la IM, con la colaboración de la institución El Abrojo, que demostró ser efectiva y económica para poder hacer las inspecciones masivas necesarias para el adecuado control de la contaminación con plomo. Adicionalmente, esta metodología será implementada en el Msp para el control del lugar de trabajo de los trabajadores expuestos.
La Udelar, lejos de que su aporte actual “no existe”, como expresó una entrevistada en el artículo publicado, está trabajando en forma decidida, pero apuntando a la generación de soluciones y no a encargarse de la solución. La transferencia del know how de estas soluciones a las autoridades competentes es uno de los aspectos claves a llevar adelante en un futuro muy próximo, junto con la preparación de personal técnico clave en el proceso de control (inspectores de Salud Pública, prevencionistas). De hecho, la Udelar tiene previsto este proceso de transferencia, y para ello ya ha aprobado y financiado un curso de Educación Permanente.
Entiendo que la Udelar se encuentra trabajando y se ocupa de este tema desde hace años, aportando saberes, sistematización y soluciones reales. El grado de conocimiento que existe en Uruguay sobre el tema de la plombemia es relevante y por supuesto que se puede mejorar con más controles y detecciones. Los últimos trabajos que hemos desarrollado en la Facultad de Ciencias apuntan a eso. Estamos en el tiempo en que las autoridades competentes toman la rienda de esos desarrollos, proceso que la Udelar se compromete a acompañar. En este, el rol de los medios de comunicación es de suma relevancia, ayudando a la educación de la población, de manera de aplicar una verdadera mano dura al plomo.
Doctor Eduardo Méndez
Profesor Agregado
Laboratorio de Biomateriales
Facultad de Ciencias
Universidad de la República