Podemos surgía entonces como producto de una de las vertientes, la menos anarquizante, de lo que había sido, tres años antes, el movimiento de los indignados o del 15M, nacido de una gigantesca concentración en la madrileña Puerta del Sol, el 15 de mayo de 2011. La flamante fuerza pretendía hacerse eco de la impugnación popular a los partidos que habían hegemonizado la escena política peninsular desde la culminación de la transición hacia la democracia, en 1978: el conservador Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Llegaba, decía, para encarnar una «nueva política».
***
«PSOE y PP, la misma mierda es», se coreaba en el 15M. Y también: «No somos marionetas en manos de políticos y banqueros» o «Democracia real, ya». Estaba muy fresca la crisis financiera de 2008,...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate