Honestidad brutal - Semanario Brecha

Honestidad brutal

En la cretina: “luz negra”.

Foto Difusiòn - ALEJANDRO PERSICHETTI

Para el filósofo Jean Baudrillard, la seducción es un juego y un destino. “Una especie de pasión une a los jugadores con la regla que los une, y sin la que no habría juego posible”, dice el autor en su libro De la seducción (1989). Acerca de este juego y sus reglas, y sobre un binomio construido por un seductor y un seducido, la dramaturga Fernanda Muslera (El amigo fantasma, 2018) construye esta pieza con personajes que habitualmente son secundarios: los invitados a una boda. Con mucha inspiración cinematográfica y tomando en cuenta ese carácter de juego que se encuentra en la definición del propio teatro, creó un texto fuertemente dialógico, cargado de humor y con personajes arquetípicos muy bien delineados. Muslera tomó la anécdota del director Richard Linklater (y su famosa trilogía Antes del amanecer (1995), Antes del atardecer (2004), Antes del anochecer (2013) acerca del encuentro entre un hombre y una mujer, y sus diálogos realistas, que rondan la tensión sexual y romántica de la seducción. Mediante la palabra, teje las reglas de un juego entre cuatro personajes, amigos de la pareja que se casa, y los presenta ante el público en sus intercambios durante el devenir de la fiesta.

El elenco, conformado por Camila Sanson, Elena Delfino, Christian Zagía (quien dirige la puesta, con la asistencia de dirección de Muslera) y Fernando Amaral, compone con maestría este cuarteto tan sofisticado como patético, que dialoga con pretendida profundidad y cae en lo bizarro como resultado de varias copas de alcohol. Muslera vuelve a interesarse por personajes intelectuales; en este caso, enfrenta a una profesora de literatura, un abogado novelista admirador de Bukowski, un psicólogo y un cuarto personaje, interpretado por Delfino, que oxigena ese perfil académico y altanero, como una buscavidas, que, entre otros oficios, trabaja como bailarina de cabaret. A diferencia de su primera obra, El amigo fantasma, un thriller construido con dedicado puntillismo, Luz negra presenta diálogos más coloquiales, con los que cualquier espectador se puede identificar. Esa cotidianidad acerca a los personajes desde una mirada más terrenal y despierta un sinnúmero de situaciones de humor bien logradas a lo largo de la puesta.

Al presentar dos parejas heterosexuales y enfrentar al binomio hombre-mujer, la reflexión sobre género, nacida de la pluma de la escritora, se desliza con cuestiones de actualidad y refleja la mirada de una generación que hoy tiene treinta y pico de años. Sin pretender alcanzar profundidad, a partir del enfrentamiento de ideas aflora la discusión sobre la construcción de lo femenino y lo masculino, y la reivindicación feminista entendida en el contexto de un diálogo liviano y circunstancial (hay referencias jocosas a la etiqueta “feminazi”). Sin embargo, la anécdota nunca se aparta de la narración clásica de la historia de amor canónica y conocida por todos.

Es interesante en la puesta en escena el uso de recursos del stand up, que ayuda en la presentación de rasgos de los personajes y desliza los mejores momentos de comicidad. La bifrontalidad propuesta en la disposición de la sala provoca un acercamiento a estos diálogos tan íntimos, y el espectador se torna un voyeur de esta historia de amor, que se desarrolla a lo largo de una noche. La sala de La Cretina resulta el espacio ideal para generar esa cercanía y complicidad que la puesta requiere, y que por momentos, sin buscar invadir, incorpora a los espectadores como parte del espectáculo. Con Luz negra, Fernanda Muslera se asienta como una nueva dramaturga en la escena local, con grandes influencias cinematográficas en su modo de contar. Esta vez está acompañada por la cuidadosa dirección de Zagía (actor del filme No respires, de Fede Álvarez, y de la exitosa obra Rescatate, y autor y director de El mundo de Másimo, de 2008), que logra una intensa conexión entre los actores, necesaria para dar frescura al texto y a la honestidad brutal desplegada en sus duelos verbales.

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