El presidente rompió con su regla de oro de llevar como vice a una mujer y eligió al senador peronista Miguel Pichetto, el mismo día en que Sergio Massa pactaba su ingreso al frente Todos, organizado por el justicialismo en torno a la fórmula encabezada por Alberto Fernández y la ex presidenta Cristina Fernández. El impacto de un anuncio atemperó el del otro.
En franca caída en las encuestas, Macri necesitaba recomponer la imagen ante su electorado y se decidió por un candidato que lleva 20 años como legislador desde que su amigo Carlos Menem lo bendijo para dar el salto al parlamento nacional desde la provincia de Río Negro. Pichetto se mostró siempre conciliador con las políticas de Cambiemos. Acudió en su ayuda para legalizar el pago a los llamados “fondos buitre” y respaldó a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en su persecución a los migrantes latinoamericanos. “Argentina recibe la resaca de Bolivia y Perú, delincuentes y narcos; cuando el mundo cierra las fronteras, nosotros las abrimos”, señaló enojado a la prensa hace seis meses, cuando se discutía el borrador de una nueva ley migratoria y él reclamaba mirar hacia “el nuevo Brasil de Bolsonaro”. Amigo del orden en las calles, apoyó a Bullrich contra los piquetes de protesta en las ciudades al considerar que “el Estado tiene que contar con legislación y fuerzas policiales para reprimir las manifestaciones callejeras siempre”.
Su designación contó con la aprobación de la Unión Cívica Radical a partir del reclamo de ampliar la coalición de gobierno. “Los próximos cuatro años Argentina se juega salvar la república o volver a la dictadura populista, y yo quiero un capitalismo serio”, aseguró Pichetto en la noche del lunes 10, antes de ser elegido por Macri. Con el salto de Pichetto al macrismo y el de Massa al kirchnerismo, quedó desarticulada Alternativa Federal, la opción que ambos armaron junto con los gobernadores de Córdoba y de Salta, Juan Schiaretti y Juan Urtubey, respectivamente. La polarización entre Mauricio Macri y Cristina Fernández se comió la previa de la elección de agosto y promete agudizarse para la presidencial de octubre.