Durante la campaña electoral, el general Guido Manini anunció –en reiteradas ocasiones– que no se ampararía en los fueros parlamentarios para evitar ser juzgado por la Justicia. Esto hacía prever que la resolución sobre el pedido de desafuero en su contra sería un trámite rápido, sencillo. Pero algo cambió.
Al presentarse ante la Comisión de Constitución y Legislación del Senado, Manini se limitó a pedir celeridad en la decisión: «No quisiera que este tema se dilatara más en el tiempo y que su tratamiento demorara meses. Tengo interés en que se sustancie a la brevedad posible». Pero no dejó asentada su voluntad de ser desaforado.
La decisión de los senadores de Cabildo Abierto –Guillermo Domenech y Raúl Lozano– de abroquelarse detrás de su líder y no votar el desafuero terminó de complicar...
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