Cuando pensábamos que era ya imposible un abordaje distinto sobre la obra del gran escritor argentino, el crítico Jorge Schwartz emprendió la dirección de un proyecto a todas luces ambicioso y, probablemente, condenado al fracaso. La idea detrás de este Borges babilónico es divertida y surge de una necesidad: al momento de publicar las Obras completas en Brasil, Schwartz pensó que era buena idea elaborar una especie de glosario que, al principio, llamaron «Guía de lectura de Borges para Brasil». Emprendieron la tarea alumnos de las carreras de Español y de Historia de América de la Universidad de San Pablo, y consistía fundamentalmente en consignar nombres propios, términos y expresiones extraídas de los cuatro volúmenes de las Obras completas. La guía llegó a tener 7 mil entradas. Luego e...
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