A cinco años de las nuevas sedes llamadas “antimafia”
El funcionamiento de los juzgados y fiscalías anticorrupción deja mucho que desear. La concentración de poder en una órbita restringida a dos sedes –en vez de las 21 que podían actuar antes– no ha redundado en beneficios para el servicio ni para el combate de la delincuencia, según se desprende de las estadísticas, de la opinión de la oea, y de los últimos hechos que parecen vulnerar la independencia técnica.
Pasados casi cinco años de creados los juzgados y fiscalías de crimen organizado, puede percibirse que la experiencia ha determinado la concentración de poder en pocas manos, el enlentecimiento de los procesos, e ineficacia a la hora de indagar, verificar actos de corrupción política e institucional y adoptar decisiones que golp...
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