En 1985, el padre del escritor Pablo Montoya fue asesinado en la calle. El atroz incidente llevó al hijo a asumir la violencia como uno de los temas centrales de su literatura. Lo mismo ocurría con buena parte de la narrativa colombiana de aquel entonces, marcada por el afán de testimoniar la violencia política y el mundo de la droga. En 1993, Montoya se traslada a Francia, estudia en La Sorbona y escribe su tesis doctoral sobre la música en la literatura de Alejo Carpentier. De regreso a Colombia inicia una intensa labor académica y publica varios libros, entre ellos La sed del ojo (2004), ahora reeditado.
De 2015 es Tríptico de la infamia, novela con la que ganó el premio Rómulo Gallegos. Despliega la mirada occidental de tres artistas del siglo XVI que acompañan las expediciones al Nuev...
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