Clarisa1 fue socia de la mutualista Cosem durante muchos años. Sufre de fibromialgia, tiene problemas de movilidad y le duele mucho el cuerpo. Su neurólogo de cabecera quiso descartar otra patología y le indicó una resonancia magnética. La paciente se hizo el examen e intentó sacar hora con su médico para que le explicara los resultados. Esperó dos meses. Algo que antes era fácil –su médico atendía cuatro veces a la semana– ya no lo es. Ahora atiende los lunes de 8 a 9 de la mañana y, cuando abren la agenda, se llena en menos de una hora. Ante la imposibilidad de ver a su médico, Clarisa solicitó hora con cualquier otro que pudiera ayudarla con el diagnóstico, pero le contestaron que no había fecha con ninguno. Cansada, pagó la consulta con un neurólogo particular. El especialista le expli...
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