El hombre de Lacalle Pou en el deporte: Mi amigo, el presidente - Semanario Brecha
El hombre de Lacalle Pou en el deporte

Mi amigo, el presidente

El presidente de la república, Luis Lacalle Pou, contrató a uno de sus amigos de la infancia como asesor en temas deportivos. Gonzalo Etcheverry Campomar, que como adscripto a la Presidencia percibe 266 mil pesos mensuales, intervino en temas relevantes, como el vínculo del gobierno con la Conmebol y la organización del Mundial 2030. Además, fue parte de la amplia comitiva oficial del gobierno que desembarcó en Francia durante el último mundial de rugby.

Gonzalo Etcheverry Campomar. LINKEDIN

El Manga y el Chino se conocen desde niños. Fueron compañeros de clase en el British Schools y, con el tiempo, se transformaron en amigos. Pasaban todo el día juntos con la barra del colegio. Los unía su pasión por el deporte; de niños era el fútbol, de adolescentes, el rugby y el surf. La amistad se hizo más intensa y, como todas, fue mutando. Con los años, el Manga ingresó a la actividad política y el Chino se dedicaría al periodismo: estudió primero en la Universidad de Montevideo y en la Universidad de Navarra (España), y trabajó luego en El Observador y en El País.

En 2007, el Chino se radicó en España con su familia, donde se desempeñó como asesor de prensa del Santa María Polo Club. Sobre comienzos de esta década, las cosas no iban del todo bien, por lo que su amigo decidió darle una mano. Con el fin de la pandemia por covid-19 en el horizonte, el Manga le ofreció volver a Uruguay para integrarse a su equipo de trabajo. El Chino aceptó y volvió al paisito, con una oficina propia en la Torre Ejecutiva.

Fue en enero de 2021 que el Manga, el presidente de la república, Luis Lacalle Pou, definió la contratación del Chino: Gonzalo Etcheverry Campomar, su amigo de la infancia. Etcheverry asumió como adscripto en Presidencia de la República, como cargo de confianza por designación directa. Su rol es de asesor en temas deportivos, con un sueldo de 225 mil pesos mensuales, que –con reajustes– hoy asciende a 266 mil pesos.

Según dijeron fuentes políticas a Brecha, el presidente le encomendó el objetivo de retirar el alambrado perimetral de los estadios de fútbol, una de las metas del gobierno en materia de seguridad en el deporte. Incluso, durante una actividad con la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), el mandatario dijo que harían «todo lo posible para que en algún momento no muy lejano no haya tejido y tampoco tenga que haber separación de hinchadas» (Montevideo Portal, 16-IX-22). Para cumplir con su tarea, Etcheverry mantuvo contactos con el exministro del Interior Jorge Larrañaga y con las autoridades de la Secretaría Nacional del Deporte (SND), lideradas por Sebastián Bauzá. Pero la iniciativa no llegó a concretarse.

Sin embargo, con la venia de Lacalle Pou fue asumiendo otras tareas: ofició como nexo entre las autoridades uruguayas y la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) y participó en actividades de la SND en todo el país. Hace pocos días, incluso, participó en una reunión de alto nivel en torno a la controversia sobre dónde se jugarán los clásicos entre Peñarol y Nacional por el campeonato uruguayo. Hizo su intervención en representación de la SND, pese a que no tiene vínculo formal con esa dependencia.

Tras la reunión, Etcheverry declaró que el Estadio Centenario era «el escenario ideal para que puedan concurrir ambas hinchadas y para que el Ministerio del Interior pueda despegar un operativo de seguridad que asegure la presencia de las dos hinchadas» (El Observador, 1-III-24). Sus palabras no fueron bien recibidas en filas aurinegras, cuyo presidente, Ignacio Ruglio, insistió en su intención de fijar el partido en el Campeón del Siglo, con hinchada visitante. Etcheverry también integró la delegación uruguaya que participó en el proceso de negociación para el Mundial 2030, uno de los temas en los que Lacalle Pou centró parte de su agenda.

MUNDIAL A LA VISTA

Pasando a un terreno más político, en entrevista con Telenoche, el presidente dijo que por el momento no tenía intención de ser candidato en 2029. Sin embargo, la expectativa de buena parte del sistema político es que el mandatario busque ese año su segundo mandato. Una de las motivaciones que lo podrían conducir a un replay sería ser presidente cuando se juegue en Uruguay el partido inaugural del Mundial 2030. En octubre, la Conmebol anunció que el torneo se disputará en España, Portugal y Marruecos, pero habrá tres partidos en esta región: en Argentina, Paraguay y Uruguay. El primero será en el mítico Estadio Centenario, a 100 años de su inauguración y de ser sede del primer Mundial.

Lacalle Pou estuvo activo en ese proceso. El mandatario tiene línea directa con el presidente de la Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez, desde que Uruguay gestionó vacunas contra el covid-19 para el organismo. Una relación que se afianzó con asados y encuentros, y que llevó a que Roberto Lafluf, otro de sus asesores personales y hombres de confianza –quien renunció como resultado del escándalo por la entrega del pasaporte al narco Sebastián Marset–, comenzara a trabajar para la Conmebol como asesor en estrategias de comunicación, posicionamiento de marca y supervisión de contenidos.

En ese contexto, también designó a su amigo y asesor para que siguiera de cerca las negociaciones. Así, Etcheverry participó en una reunión informativa que se llevó adelante en Asunción (Paraguay) y en la reunión de los estatutos de la Corporación Juntos 2030, en Santiago de Chile, ambas en 2022. Además, acompañó a Bauzá a la 1.ª Asamblea General Ordinaria de la Corporación Juntos 2030 y a la Asamblea del Directorio de Juntos 2030, celebradas en Buenos Aires (Argentina) en febrero y mayo de 2023. En algunos casos, los costos de su estadía (viáticos) fueron asumidos por la SND, en otros, los pagó directamente Presidencia, describieron las fuentes consultadas por Brecha.

Etcheverry tenía un vínculo previo con el organismo rector del fútbol sudamericano, ya que en 2021 articuló la mesa de coordinación entre varios organismos del Estado y la Conmebol para la organización de las finales de la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana, que se jugaron ese año en Montevideo. En esa mesa estaban la AUF, la SND y los ministerios del Interior, de Salud Pública, de Defensa Nacional y de Turismo. En ese rol brindó declaraciones a varios medios, en los que afirmó que este evento permitiría posicionar a Uruguay como un «hub deportivo» en la región.

Además, en estos tiempos Etcheverry hizo gala de sus vínculos con el mandatario al participar en diversas actividades organizadas o apoyadas por la SND. Este año, por ejemplo, se sentó en la mesa del lanzamiento de la World Surf League, que se llevó a cabo en Punta del Este, y estuvo en la presentación del World Rugby Challenger, un evento de rubgy 7 que se disputará desde este viernes en el Estadio Charrúa.

Su relación con el presidente y su pasión por el deporte de la ovalada también las depositó en el Mundial de Rugby 2023, en Francia. El gobierno acudió a la cita con una amplia delegación oficial, liderada por Lacalle Pou –quien se reunió con su par francés, Emmanuel Macron– e integrada por la plana mayor del deporte uruguayo, entre ellos, Bauzá, el exsubsecretario nacional de Deportes Pablo Ferreri, el director nacional de Deportes, Eduardo Ulloa, y también por el propio Etcheverry. Por esa actividad cobró 4.800 dólares de viáticos, de los cuales restituyó cero pesos, según documentación oficial entregada a Brecha. La resolución PS/4919, con los motivos de su designación como integrante de la «misión oficial», no aparece en la web de Presidencia.

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