La narrativa de fines de los ochenta y de los años noventa, de posdictadura, construye un imaginario signado por la violencia y la frivolidad de un mundo convertido en espectáculo morboso, consumista y empobrecido en vínculos comunitarios. Es el Montevideo decadente sin visión de futuro que filmaron, en ficción bizarra Manuel Lamas, con Acto de violencia en una joven periodista (1988), y en documental sociológico Guillermo Casanova con Mamá era punk (1988). Es en este contexto que se publica Colores (1991), de Felipe Polleri, novela en la que un demente termina realizando una masacre usando una máscara del cerdito Porky. La imaginería de Disney, mezclada con la del cine de terror, ha llegado para quedarse.Similares episodios ocurren en Derretimiento (1998) de Daniel Mella, en donde un homb...
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