Jorge Drexler nunca se movió en un rango creativo amplísimo, nunca fue un creador experimental. Cuando, de pronto, se mete en algún terreno nuevo y siente que le salió bien, crea otras canciones en esa veta particular, con el mismo esquema rítmico de base. Por eso, mirado globalmente, se puede decir que su repertorio tiene linajes, una genealogía de canciones en las que pueden identificarse ciertas muletillas creativas. Está, por ejemplo, el recurso de meter cierto picante poético a algunas letras echando mano de unos antipoéticos y polisilábicos términos científicos o técnicos (la era del Mesoproterozoico, desprogramemos, coordenadas, algoritmo) para arribar, al final de cuentas, a ideas tiernas, estereotípicamente poéticas –como que la reproducción a partir de la unión de dos células dio...
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