La denuncia pública de Romina Celeste Papasso contra el senador Gustavo Penadés tenía en vilo al Partido Nacional. Por esas fechas, el Herrerismo se posicionaba firme en defensa del legislador y el presidente Luis Lacalle Pou le daba su respaldo de amigo, mientras otros dirigentes blancos preferían el silencio y el Frente Amplio seguía el tema con cautela. En ese contexto, el presidente del Directorio nacionalista, Pablo Iturralde, hizo declaraciones públicas que fueron acordadas con el exlegislador denunciado, para incidir en la causa (Búsqueda, 23-V-24).
En diálogo con la prensa, reclamó que la definición sobre qué fiscal investigaría la denuncia debía definirse por criterios objetivos y no de forma discrecional. El objetivo era evitar que la causa cayera en manos de la fiscal Mariana Alfaro –que tiene a su cargo la indagatoria por la Operación Oceáno–, y que fuera derivada a la fiscal Alicia Ghione, que estaba de turno cuando Papasso dio públicamente el nombre de Penadés.
«Ghione es mi amiga», le escribió Iturralde al exsenador, cuando se supo que Alfaro –a la que definió como «una gran HDP»– se había excusado. Al otro día, con Ghione ya confirmada en la causa, volvió a escribirle expresando su beneplácito. «Se lo dieron a Alicia Ghione. Me acaba de llamar. Me pidió tu número. […] Es de total confianza. Gran tipa.»
Penadés le agradeció por sus declaraciones públicas. «Las mereces y más», le contestó Iturralde. «[Juan] Gómez entendió clarito las referencias a Fiscalía en las declaraciones mías. Es un gran cagón y sabe bien que Alicia es nuestra porque yo hablé mil veces con Jorge Díaz que la tenía sumergida. Hay que presionarlo. Hay que empujarlo que se caga y se va», dijo. Y agregó que Ghione es «siempre crack» y que fue una monstrua al archivar la denuncia por presunta violación en una fiesta de jóvenes del Partido Nacional.
Luego de la difusión pública de esta conversación, Iturralde presentó renuncia a su cargo, pero también solicitó a la Fiscalía que inicie una investigación de oficio sobre su actuación «para esclarecer los hechos y que no quede ninguna duda sobre este episodio», algo que ya fue aceptado por el ministerio público. Ghione admitió en Radio Sarandí ser amiga de Iturralde y que lo conoce de toda la vida, pero enfatizó que su única militancia fue a nivel universitario en la Corriente Gremial Universitaria. Y vinculó la difusión de los chats con una campaña sucia de algún abogado.
La difusión de las conversaciones de Iturralde volvió a ubicar el foco en la causa Penadés, que quedó frente a un embate jurídico y mediático, tras la reciente imputación de Papasso por la falsa denuncia contra el exintendente de Canelones Yamandú Orsi. En efecto, la defensa de Penadés solicitó la declaración anticipada de Paula Díaz –la mujer trans que denunció a Orsi–, quien aseguró públicamente que la denuncia de Papasso contra Penadés también era falsa. Sin embargo, este jueves, la jueza Marcela Vargas rechazó el pedido por entender que no correspondía a la actual instancia procesal, explicó el vocero de la Fiscalía. Esa decisión fue apelada por los abogados defensores de Penadés, que, en cambio, sí obtuvieron autorización para acceder a chats de un celular de Jonathan Mastropierro, una de las víctimas del caso Penadés, incautado en el marco de una causa anterior. Los defensores podrán hacer un examen de esos chats en la Fiscalía, con presencia de todas las partes y respetando la ley de datos personales, de acuerdo a lo dispuesto por la jueza. Esa decisión, a su vez, fue apelada por la fiscal Ghione como por la defensa de las víctimas.
Pero, además, Ghione decidió citar a Papasso para que ratifique o rectifique su denuncia contra el exlegislador, ante las versiones que indican que varios de los denunciantes fueron «entrenados» por ella; en caso de admitir que la denuncia sea falsa, podría ser imputada, nuevamente, por simulación de delito. Papasso fue una de las diez víctimas que prestaron declaración anticipada. Pese a esto, parece improbable que la causa contra Penadés se caiga, ya que la mitad de los denunciantes no tenían ninguna relación con la exmilitante nacionalista, remarcaron fuentes judiciales a Brecha. De todos modos, la situación parece agravarse cada vez más: Ghione dijo en rueda de prensa que evalúa apartarse de la causa, porque entiende que con la filtración de los chats de Iturralde se cruzó un límite que toca su vida personal. «Es un enchastre gratuito» que quedó contradicho en la última audiencia, remató la fiscal.